BCCCAP00000000000000000000728

REFLEXIONES DOMINICALES SOBRE EL EVANCrELIO compendio y fundamento de la verdadera religión: "Amar a Dios y amar al prójimo". Un solo amor con doble vertiente. Jesús se aleja de la casuística y del legalismo. Para él lo que cuenta es el hombre, como imagen y reflejo de la vida misma de Dios. El man– damiento de amor a Dios y al prójimo no es el primero de una lista interminable de preceptos; es, por el contrario, el centro del cual se deriva todo, el espíritu que lo informa e impregna todo. A través del amor adquieren sentido las restantes manifestaciones religio– sas y vitalistas. Muchas veces se cultiva lo externo, lo que es fór– mula, mera apariencia, y se olvida lo que es sustantivo y funda– mental en la religión. Quien ama, en frase de S. Pablo, cumple toda la Ley, porque el amor realiza siempre el bien. El amor no admite definición, se define amando, actuando, proyectando el bien en todo aquel que vive a nuestro lado. Aquí se funda la ver– dad de la frase gráfica de San Agustín: "Ama y haz lo que quie– ras". Con demasiada frecuencia los cristianos nos portamos como los fariseos del tiempo de Jesús: celebramos grandes concentra– ciones litúrgicas y eucarísticas, cumplimos escrupulosamente los ritos y prescripciones cultuales, pero no existe una verdadera transformación de los corazones, un intercambio tangible y fecundo de vida. Cada época y cada cultura tienen que hallar las formas concretas de ese amor entre los hermanos, con formas que deben encarnarse en estructuras políticas y sociales. No basta, por ejemplo, cacarear, proclamar a los cuatro vientos nuestro amor a los pobres, sin intentar crear un tipo de sociedad en la que exista una distribución más equitativa de bienes y riquezas. No bastan las palabras altisonantes y emotivas, se requiere un compromiso efectivo con la sociedad para que el amor cristiano se convierta en fermento que transforma los centros de poder según las exigencias del evangelio. Con sinceridad y humildad el creyente debe pre– guntarse: ¿ Qué cambios hay que hacer en nuestra sociedad, en nuestra iglesia, en la pequeña comunidad en que nos movemos 88

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz