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COMENTARIOS RADIOFÓNICOS EN COPE-ASTORCi-A divina; y sobre todo dejad de manipular a Dios para justificar vuestras componendas con los poderosos de turno. "Y a Dios lo que es de Dios". Frente a la autoridad política o en la elección de un sistema político-social, el cristiano debe buscar los intereses de la nación según su conciencia. Pero la conciencia, la escala de valores, lo absoluto para el creyente es el Reino de Dios. Ningún poder político debe arrogarse derechos que competen sólo a Dios, ni puede absorver el entero corazón del hombre. A nosotros, hom– bres libres y responsables, nos toca buscar, cómo mejorar la vida de todos. "Dar a Dios lo que es de Dios" implica dejar de mirar el pasado para construir el futuro de una nueva humanidad, según las aspiraciones del poeta cuando exclama: "Tú eres el camino que avanza ... , tú quieres que tu rostro ahonde nuestro deseo y que la humanidad encuentre su parecido". Para que la humanidad encuentre este parecido, es necesario que nuestra humanidad mal– trecha y torturada descubra el auténtico rostro de Cristo, roto en mil pedazos con las guerras inacabables, con los sangrientos enfrentamientos, con los terrorismos destructores de vidas y haciendas, con la injusta distribución de la riqueza, con el abuso de poder. Se necesita, pues, una profunda y urgente "catarsis" de individuos y pueblos. Trigésimo domingo del tiempo ordinario (Mt 22, 34-40) Un célebre filósofo acuñó para la posteridad esta frase memorable: "Pienso, luego existo" "(Cógito, ergo sum)". El cris– tiano parafrasea de modo más bello y fecundo: "Amo, luego existo". Los fariseos, amantes de la prescrípción y del sentido mágico de los preceptos, fieles observantes de la letra presentan a Jesús una pregunta capital para ellos: "¿Cuál es el mandamiento mayor de la ley?" Jesús responde con textos de la misma Biblia, 87

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