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COMENTARIOS RADIOFÓNICOS EN COPE-ASTORG-A Décimo domingo del tiempo ordinario (Mt. 9, 9-13). A la escena de la curación del paralítico en la que se ofrece la salvación a todo hombre, sigue la llamada vocacional de Mateo, escena que nos transmite la misma idea que la curación del paralí– tico: la del carácter universal y universalista de la llamada de Jesús. Mateo ejerce la profesión de "publicano", es decir, de recaudador de impuestos, un oficio que lo asimila al de los peca– dores, excluidos de la comunidad de Israel. Mateo está sentado, instalado en su oficina. Jesús le dirige una palabra escueta y perentoria: "Sígueme". Mateo obedece al instante; se "levanta" y sigue a Jesús. El seguimiento es la expresión práctica y vital de la fe. Lo mismo que el del paralítico, el pasado de Mateo queda borrado y comienza también una vida nueva. Dos personas, sím– bolo de todos los excluidos de la salvación por las autoridades judías, entran a formar parte del nuevo orden inaugurado por Jesús. Ha comenzado una nueva era en la historia de la salvación, como se dice a continuación con la descripción de la comida en la que los "recaudadores", los "publicanos y pecadores" se unen a Jesús y a sus discípulos. Los fariseos se escandalizan: ¿Por qué vuestro Maestro come con publicanos y pecadores? Su actitud manifiesta una distorsión de la fe; pretenden que el amor de Dios es sólo para los justos; no han comprendido que el Mesías no viene a reunir santos, sino a transformar los pecadores en hijos de Dios. La actitud de los fariseos manifiesta, además, una distorsión moral: prefieren la pureza legal a la comunión de vida, el rito y la prescripción a los valores profundos de justicia, de solidaridad, de caridad, de transparencia del corazón. Por eso Jesús recuerda la predicación profética: " aprended a hacer el bien, buscad lo justo, dad sus derechos al oprimido, haced justicia al huérfano, abogad por la vida"(Is 1, 10-17). El contexto evangélico rechaza la distin– ción entre personas puras e impuras, entre una esfera separada, en 61