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COMENTARIOS RADIOFÓNICOS EN COPE-ASTORCi-A una vida de fidelidad a la tarea confiada. Eso no lo comprende Pedro que, encandilado por la felicidad que produce la visión, intenta instalarse definitivamente aquí abajo. Tampoco lo sabe el cristiano que rehuye la cruz y el trabajo de cada día; que se niega a ayudar a tantos rostros desfigurados por el dolor, el hambre, la angustia, la soledad. Solamente tras los rostros todos de nuestros hermanos que sufren, descubriremos el verdadero rostro de Jesucristo. Jesús transforma su humilde condición de hombre mediante el paso duro e hiriente de Getsemaní que desemboca en el Calvario. Lo mismo que él, también los creyentes estamos lla– mados a transformar nuestra condición humana, a recrear la histo– ria. En todo hombre, a pesar de la ceniza y las ramas calcinadas, hay siempre una brasa roja. Ahí es donde debemos buscar al hom– bre, porque la ceniza está muerta, pero el ascua transpira aliento de vida. Éste es el punto de la escena de la Transfiguración, sinte– tizado en la palabra divina que habla desde la nube: "Éste es mi Hijo, el amado, escuchadle" La palabra de Dios se ha hecho reali– dad tangible en la existencia concreta de Jesús, y nos dice quién es Dios, quiénes somos nosotros y cuál es el sentido de la historia en la cual vivimos y luchamos. Por tanto es una palabra que indica qué es lo que debemos hacer, cuál la regla que debemos seguir. Escuchémosla con corazón abierto y disponible. Tercer domingo de Cuaresma (Jn 4, 5-42) El diálogo entre Jesús y la Samaritana junto al pozo de Jacob, además de ser una de las escenas más conmovedoras y tier– nas del evangelio, es también un pasaje repleto de teología, de interpelación actualizante y actualizada. Nuestra reflexión intenta recoger el mensaje eterno de la escena. Son dos personas las que dialogan, son dos mundos los que se enfrentan, dos posturas bien 41

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