BCCCAP00000000000000000000728

COMENTARIOS RADIOFÓNICOS EN COPE-ASTORCi-A Primer domingo de Cuaresma (Mt 4, 1-11) El tiempo de cuaresma es el tiempo de reflexión consciente y sosegada. Vivimos entre ruidos enervantes que impiden oír la voz de la conciencia y pensar en los grandes problemas de nuestra existencia. El relato de las tentaciones de Jesús resume sus luchas por permanecer fiel a la misión confiada, por desechar los falsos espejismos que obscurecieron la mente y el corazón de tantos sal– vadores en el transcurso de la historia. Jesús se retira al desierto, porque en el desierto el caminante pone a prueba su valentía, su sentido de la orientación y su capacidad para vivir lejos de la cómoda y dulce vida de la ciudad. En el desierto, en el aislamiento de la reflexión silenciosa, el hombre busca respuesta a sus grandes interrogantes compendiados en éste esencial:¿ Cuál es el sentido de la vida, de mi personal vida? Se intenta poner a prueba la capa– cidad profética de quien aparece como el creador de un orden nuevo en los distintos campos de la sociedad: tentación de con– sumo, de poder y de idolatría. Todo muy actual e interpelante. Tentación de consumo: "Manda que estas piedras se conviertan en panes. Hay sufrimiento, hambre, falta de puestos de trabajo: rea– liza el "milagro económico" Pero Jesús contesta: "No de solo pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios" El hombre no vive solamente de pan físico, ni de criterios mera– mente humanos, sino que orienta su vida a una misión de justicia, de servicio y de amor al mundo. A continuación viene la tentación de poder, tentación de usar la fuerza de Dios en provecho perso– nal: "Tírate de lo alto del templo, no te pasará nada, los ángeles te recogerán en sus manos", insiste le tentador. Pero la fuerza de Jesús consiste en ponerse plenamente a disposición de su Padre para servir a los hombres. "No tentarás al Señor, tu Dios". También nosotros con frecuencia pretendemos que Dios se plie– gue a nuestros caprichos, nos hacemos Dios en lugar de Dios. Y por fin la tentación de idolatría;¿ qué es esto?, dirán muchos. Una 39