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COMENTARIOS RADIOFÓNICOS EN COPE-ASTORCrA "En el principio existía la palabra" "Y la palabra se hizo carne y habitó entre nosotros" "Nadie vio jamas a Dios; el Hijo Unico es quien lo ha reve– lado" El evangelista Juan define a Dios como "La Palabra", por– que es Dios mismo el que rompe su silencio y se comunica a los hombres. Dios no es un anciano canoso y de largas barbas que vive en las nubes, sino fuerza poderosa y renovadora que irrumpe en la historia como vida y como luz para que el hombre se encuen– tre consigo mismo, para que camine con los ojos abiertos sabiendo siempre dónde está, qué hace y para qué lo hace. Frente a una historia muchas veces absurda, porque destruye por el odio y la muerte, sutilmente disfrazada de mil engañosas formas, la pro– pia obra de la historia, el evangelio nos llama a la esperanza, pues "La palabra se hizo carne" y sigue presente y actuando entre vos– otros, porque ha plantado su tienda en el corazón de la historia como hontanar inagotable de vida, de luz y de amor. Por eso, los hombres no pueden acusar a Dios de ser "el eterno silencioso'). En Cristo podemos ver el verdadero rostro de Dios; no ese rostro que el hombre inventó a su propia imagen, sino el auténtico rostro del Padre, que no está fuera del hombre, sino dentro del hombre, en el mismo hombre a quien creó a su imagen y semejanza. Jesús es el resumen de nuestra fe, porque es Dios con nosotros. Hoy más que nunca el hombre está incierto de su "destino, "está temiendo siem– pre-dice Fulton Sheen-ser lanzado nuevamente a la nada de la que salió y duda acerca de si hay algo o no hay algo al término de la escalera". Jesucristo, palabra encarnada en nuestra historia, nos da la seguridad que serena y salva: "Nadie vio jamás a Dios", pero hay alguien en medio de nosotros, el Único que conoce la vida intima de Dios y nos la ha manifestado. Su nombre se pronuncia así: JESUCRISTO. El cristiano ve a Dios en Jesucristo, y al ver a Dios aceptándolo como su luz, se ve a si mismo, se comprende a si 31