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COMENTARIOS RADIOFÓNICOS EN COPE-ASTORG-A evangelizados". Jesús se presenta como la respuesta de Dios a los profundos y angustiosos interrogantes del hombre. Jesús llega para instaurar un orden nuevo fundado en la justicia, la paz y la libertad, ese nuevo orden que tanto airean los políticos con suges– tivos y luminosos anuncios publicitarios: "nuevo amanecer", "la nueva frontera "la imaginación al poder", "pedid lo imposible"; bonitos lemas que al final quedan en pirotecnia barata y deslum– brante. Jesús, en cambio, viene a salvar a todos los hombres y mujeres; todo aquel que acepta su mensaje liberador entra de pleno derecho en el nuevo orden por él inaugurado; cierto que se hace hincapié en la liberación de los marginados, de los sin voz ni voto en una sociedad clasista y aburguesada, precisamente porque en el pueblo judío quedaban fuera de la salvación. El reino predicado por Jesús establece un nuevo modelo de grandeza: la grandeza de sentirse hijos de Dios, de vivir los nue– vos tiempos que abren perspectivas insospechadas, que revolucio– nan las relaciones sociales e interpersonales. Caminamos alegres y esperanzados hacia la Navidad. Los discípulos de Juan se han multiplicado hoy; son muchos los que caminan entre incertidum– bres con la duda o la negación en el alma. No creen o ponen en duda que Jesús sea el verdadero salvador y se agarran desespera– dos a ciertos programas y a ciertas propagandas como a tabla de salvación segura. Un cristiano, viajando por el desierto del Sahara, encuentra a una sacerdotisa pagana. Ésta le pide por favor que le hable de Jesucristo, y el cristiano, indiferente, contesta: yo no sé nada de él. Cuántos que se dicen cristianos, que caminan por nuestras calles, que pasan a nuestro lado, que nos sonríen quizás ... se avergüenzan de su nombre. A todos ellos y a todos nosotros el evangelio de hoy lanza una seria y amarga advertencia: "Dichoso aquél que no se avergonzare de mí". 27

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