BCCCAP00000000000000000000728

COMENTARIOS RADIOFÓNICOS EN COPE-ASTORC,-A Vigésimo séptimo domingo del tiempo ordinario (Le 17, 5-10) "¡Señor, auméntanos la fe!" A esta petición de los apóstoles, Jesús contesta tajante: "Si tuvierais fe como un grano de mostaza nada más, diríais a esta morera: arráncate de raíz y trasplántate en el mar". Así se esclarece el final de la pequeña parábola del lla– mado "siervo inútil". Dice el texto: "Somos siervos inútiles, hemos hecho lo que estábamos obligados a hacer". ¿Cómo se puede llamar "inútil al criado que hace lo que debe hacer? Por eso creo que es más acorde con el contexto traducir: "somos simples criados" El verdadero discípulo ha de confiar en la palabra del Señor y seguir trabajando, difundiendo el mensaje salvador contra viento y marea. Vivimos tiempos difíciles en un mundo convul– sionado, inseguro y confuso. La vida se hace difícil y nuestros sueños van cayendo dolorosamente por tierra. Los viejos princi– pios se tambalean y tenemos la sensación de que hasta nos cam– bian la religión. ¡Cuántas veces hemos oído esta amarga queja! Entonces surge el desaliento, la apatía y la duda: ¿Seguimos o abandonamos la carrera? Es la pregunta de los apóstoles al escu– char a Jesús y descubrir que el camino es cada vez más escabroso, que las exigencias del seguimiento son cada vez más duras. Jesús no les responde directamente, sino con una paradoja absurda: si la fe es capaz de plantar un árbol en el mar, con mayor motivo esta fe les hará crecer a ellos La fe es anuncio gozoso de vida, pero no eli– mina los problemas. Dios no protege a los suyos con un milagroso chaleco antibalas. Nos pide sencillamente que confiemos en su amor, en su palabra salvadora. Esta misma llamada a seguir cami– nando se centra en el servicio, a través de la célebre parábola de los "siervos inútiles". El discípulo, como simple servidor que es, debe ofrecerse generosamente a la tarea de proclamar el mensaje de amor y de justicia liberadora.En la comunidad religiosa todos son servidores, los de arriba y los de abajo, los del centro y los de las orillas. Ésta es la espléndida realidad escondida en esta pará- 237