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REFLEXIONES DOMINICALES SOBRE EL EVANCrELIO cuando menos se piensa llega la muerte y el avaro se presenta con las manos vacías ante Dios. El cristiano debe ser solidario con los necesitados y poner en práctica el consejo de Jesús: "Vended vuestros bienes y dad limosna; haceos bolsas que no se deterioran, tesoros que no se agotan en los cielos, donde no llega el ladrón ni la polilla hace estragos". Décimo noveno domingo del tiempo ordinario (Le 12, 32-48) El evangelio, denso y profundo, de este domingo encierra una apremiante llamada a la acción, a caminar en constante dina- .mismo, a vivir en permanente vigilia, pues donde menos se espera, allí puede estar el Señor exigiendo una respuesta: "Estén ceñidos vuestros lomos y encendidas vuestras lámparas". En aquella época se sujetaba el vestido con un cinturón o faja, para que no impidiese el caminar o el trabajar. Así deben estar los discí– pulos de Cristo. El hombre es un eterno caminante y quien se detiene se muere. Hay que seguir, pues, caminando hasta encon– trar lo que está ansiosamente buscando. Con dos breves compara– ciones Jesús ilustra la necesidad de vivir en constante alerta, en vigilia permanente y creadora: "Estad como hombres que esperan a que regrese su señor de la boda, para abrirle apenas llegue y llame" No se trata de vivir en una aséptica urna de cristal, sino de avivar el sentido de la responsabilidad, de ir creando cada día el hombre nuevo sobre los despojos del hombre viejo. Los criados esperan al dueño dentro de la casa, y lo mismo hacen los que espe– ran al ladrón. No se trata de esperar cruzados de brazos la venida del señor en un futuro más o menos lejano, sino de algo más inme– diato y cercano. Cada día y cada hora el hombre debe vivir des– pierto, atento a su conciencia de hombre, encarnado en la historia y creador de futuro. Es en nuestro mundo concreto, en este tiempo y lugar histórico donde el hombre debe realizar su tarea transfor- 226

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