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COMENTARIOS RADIOFÓNICOS EN COPE-ASTORG-A La parábola del "buen samaritano" desenmascara la hipocre– sía y esterilidad de una religión que pone todo su empeño en ado– rar a Dios en el Templo, en desgranar interminables oraciones, en cumplir escrupulosamente el ritual de vistosas ceremonias litúrgi– cas, pero que pasa de largo, como el sacerdote y levita del relato, ante el dolor, el hambre, la angustia, ante las mil necesidades de nuestros contemporáneos. El cristiano no puede vivir en cotos cerrados, en los estrechos limites de la patria y del hogar; tiene, por el contrario, que crear "proximidad" allí donde existen leja– nías, odio y resquemores; tiene que romper barreras y destruir todo motivo de enfrentamientos entre razas y religiones. Ese es el auténtico camino hacia la paz y la concordia, hacia el progreso y la prosperidad de los pueblos. El camino contrario conduce a la muerte y a la destrucción. La historia pasada y la historia presente nos deberían hacer reflexionar a los cristianos que tantas veces intentamos enclaustrar el carácter universalista de nuestra fe en el corral de un idioma, de unos valles o de una industria floreciente y cicatera. Décimo sexto domingo del tiempo ordinario (Le 10, 38-42) El breve diálogo de Jesús con Marta y María representa dos actitudes opuestas ante lo único necesario, en definitiva, ante la vida: "Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola en la tarea? Dile que me ayude". La respuesta de Jesús es desconcer– tante, interpretada por algunos como una sutil llamada a la como– didad: "Marta, Marta, andas inquieta y preocupada por demasia– das cosas, cuando en realidad una sola es necesaria. Marta ha escogido la mejor parte, y nadie se la quitará". De lo que se trata es de establecer una escala de valores. Jesús reprocha a Marta, no su trabajo, sino su inquietud y nerviosismo. Para ella todo se cen– tra en ordenar y limpiar, hacer la comida, servir la mesa y volver a 221

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