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COMENTARIOS RADIOFÓNICOS EN COPE-ASTORGA con su cruz y perder la vida". Adhiriéndose a Jesús, el discípulo realiza un doble movimiento: "Pierde" para "encontrar" una vida distinta, unas relaciones humanas nuevas. Jesús no destruye nada, sino que lo orienta todo: familia, relaciones sociales, realidades terrestres en una nueva perspectiva, en una atmósfera de amor renovado y renacido. Jesús nos presenta el evangelio como un camino duro y largo, pero que paradójicamente nos da la maravi– llosa experiencia de sentir que vivimos como hombres libres, libe– rados del orgullo, de la autosuficiencia para amar, para servir a la humanidad, para darse a los demás. Esto es lo que significa en definitiva la enigmática frase ¿de qué sirve al hombre ganar el mundo entero, si malogra su vida?". Décimo tercer domingo del tiempo ordinario (Le 9, 51-62). El evangelio de este día nos ofrece una serie de orientacio– nes y consignas que definen la verdadera fisonomía del discípulo. En primer lugar, Jesús nos dice que su seguimiento es pacifico, comprensivo con aquellos que piensan de otra manera. Los envia– dos de Jesús entran en un pueblo samaritano donde no encuentran acogida, porque los samaritanos no acogen a quienes se dirigen al templo de Jerusalén. Santiago y Juan piden al Maestro un castigo severo y fulminante. Pero Jesús rechaza la fuerza y la venganza como signos de adhesión religiosa, porque él no ha venido a des– truir, sino a salvar. En segundo lugar, con tres precisas compara– ciones afirma que el seguimiento debe ser firme, sin subterfugios esterilizantes: a quien le dice "te seguiré adondequiera que vayas", Jesús le contesta que no tiene nada que ofrecerle. Él no reparte prebendas, privilegios sociales dividendos bancarios, por– que él rnjsmo vive más pobre que los animalitos del campo, los cuales al menos tienen madrigueras y nidos donde vienen a refu– giarse. Ofrece sin embargo, la posibilidad de ser libres en un 217