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COMENTARIOS RADIOFÓNICOS EN COPE-ASTOR(i-A mos para darles de comer y curarlos. "La felicidad consiste en la sensación de sentirse bien, sin tensiones ni conflictos, sin violen– cias ni padecimientos". La misma Biblia proclama feliz al hom– bre, a la persona que dispone de lo necesario para vivir y reali– zarse, pero sobre todo al que sabe vivir con sensatez y prudencia. La felicidad que promete Jesús se asocia siempre a la justicia, a la compartición de bienes, a la liberación de cualquier atadura, libe– ración de todo lo que oprime y esclaviza al hombre, sea de la indole que sea. Con la llamada a la felicidad de los pobres, de los marginados, de los que sufren de mil maneras, Jesús no invita a cruzarse de brazos, esperando pasivamente "la hora de ir al cielo", sino que llama a una felicidad amasada "con sangre, sudor y lágri– mas", la que se funda en el esfuerzo para que los valores sacrosan– tos del Reino de Dios se hagan fecunda realidad entre los hom– bres. Séptimo domingo del tiempo ordinario ( Le 6, 27-38) El trozo evangélico que hoy comentamos es uno de los pasa– jes más chocantes y desconcertantes de todo el evangelio: "A vos– otros que me escucháis os digo: amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os odian", Estas palabras de Jesús son en si mismas una paradoja, un imposible: por un lado, Jesús quiere la liberación de todo lazo opresor y, por otro lado, exige el perdón y el amor a los opresores. Sin embargo Jesús es lógico y contundente en su pensamiento. El odio es un absurdo en la vida humana, porque empuja hacia el abismo de la destrucción individual y colectiva. Con razón escribe graciosamente un autor: "Odiar a otros es como quemar la casa propia para librarse de algún ratón". YManzoni, el célebre autor de la novela "Los Novios", escribe: "Ciertamente se hallarán pocas cosas que contribuyan a corromper a un pueblo tanto como la costumbre de odiar". El texto que comentamos 191

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