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COMENTARIOS RADIOFÓNICOS EN COPE-ASTORC,-A Confiando en la palabra de Jesús, echa las redes, y los peces acu– den generosos y abundantes. Todo un venturoso presagio de lo que sucederá en el correr de los tiempos. Dios quiere estar con los hombres y quiere que los hombres se unan para formar una nueva comunidad de salvación. Nada de miedos ni temores. Jesús está en la barca. El simbolismo de la pesca transmite dos ideas fundamen– tales: Primera: los cristianos formamos una comunidad activa y dinámica, que tiene un papel fundamental en la historia como por– tadora de unos valores que dan sentido a la vida y que debe hacer– los presentes en el tormentoso lago de la humanidad doliente. Segunda idea: La iniciativa y el impulso vienen de Cristo. Sólo se necesita abandonar las redes y seguirlo. Pero no se trata de huir del mundo cansados y hastiados para refugiarse en un falso y vacío pietismo. De lo que se trata es de vivir un nuevo estilo de vida en nuestra profesión, en nuestras relaciones interpersonales y sociales, se trata de solidarizarnos con todos los hombres y asumir nuestras responsabilidades. Por eso, antes que de otro modo, al cristianismo se le conoció como el "camino", según se repite siete veces en el Libro de los Hechos de los Apóstoles. Más que una doctrina es una vida, una manera peculiar de vivir y comprome– terse, de ir más allá de lo que hacen las gentes honradas que no pertenecen a la fe cristiana. "El cristianismo transforma los moti– vos, escribe Confin en su libro "Esperanza cristiana"; el mismo autor continúa diciendo: "la vida es un constante sufrir, obrar y morir; como los demás hombres, el cristiano conoce la tristeza, la soledad, la incomprensión y las lágrimas; pero encuentra siempre honda alegría, que es gozo en las horas radiantes y serenidad sose– gada en las horas grises y obscuras; su obra es corta en cuanto obra humana, pero infinita e inabarcable en cuanto que realiza la obra de Dios" . Nada de miedos ni de temores, nada de cobardías ni de posturas vergonzosas. Hay que seguir pescando, es decir, ofreciendo el mensaje evangélico a cuantos hombres de buena 189

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