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COMENTARIOS RADIOFÓNICOS EN COPE-ASTORG-A entrega del prójimo, en la donación de uno mismo para el bien de todos. Sin este cambio interior, la ley como única norma de con– ducta se convierte en la más opresora de las tiranías. La predica– ción de Juan Bautista se dirige en primer lugar a los responsables de la sociedad para que sean los primeros en dar testimonio. Urge crear una nueva concepción de la existencia humana y de la histo– ria de los hombres redescubriendo los sacrosantos valores del hombre como imagen de Dios y que el Evangelio ha elevado a la categoría de inamovibles. Cambiar es educar nuestros instintos, poniéndolos al servicio de una causa noble y generosa: transfor– mar el egoísmo en amor, la autoridad en servicio, la ley en promo– ción del individuo. Los individuos y los pueblos recogen lo que siembran. Basta con leer algunos de los signos destructores de nuestro tiempo para contemplar una humanidad que de mil modos se está aniquilando a sí misma y que vive en el miedo absurdo de quedar reducida a polvo: droga, alcoh0l, aborto, hastío, eutanasia, insatisfacción, depresión, estafas, guerras y odios, violencia de todo tipo, terrorismo. El mensaje del Bautista es una angustiosa llamada de atención. Solamente cambiando de rumbo según los planes divinos, "todos los hombres podrán ver la salvación que Dios envía". Dios nos espera, aún estamos a tiempo. Tercer Domingo de Adviento (Le 3, 10-18) De nuevo la liturgia nos presenta el cambio de vida, pro– fundo y radical, como condición necesaria para entrar en el Reino de Cristo anunciado por el Bautista. La pregunta por las obras, por la conducta y los comportamientos es la que pone el sello autén– tico al valor de la conversión. Son las obras del amor eficiente al prójimo, el compartir con los demás lo que uno tiene, la honradez justa y diáfana en el desempeño de la misión social que a cada uno se le ha encomendado. La norma fundamental que debe presidir la 177

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