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COMENTARIOS RADIOFÓNICOS EN COPE-ASTORC:,-A Trigésimo domingo del tiempo ordinario (MclO, 46-32) El relato alegre y programático de la curación del ciego Bartimeo nos dice en qué consiste la esencia del seguimiento de Jesús. Ante la insistencia por recuperar la vista, Jesús le concede "ver" un mundo nuevo, una realidad jamás sospechada: Jesús es el enviado de Dios que trae la paz, la liberación de todo lo que impide que el hombre se realice en plenitud. Así lo entiende el ciego al desprenderse de su manto y caminar en pos de Jesús. Para seguir a Jesús hay que despojarse del hombre viejo, de las anti– guas y anquilosadas estructuras. El ciego ve gracias a su fe en Jesús: "Vete, tu fe te ha salvado". Jesús ha recuperado a un hom– bre, lo ha devuelto a una sociedad que parecía deshonrada en él, lo ha hecho entrar de nuevo en la vida. La fe es sobre todo ese encuentro siempre nuevo con Jesús que recrea la vida; la fe es situarnos en la perspectiva del Reino de Dios y desde allí valorarlo y enjuiciarlo todo. El ciego vio y caminó tras Jesús. Esto quiere decir que la fe, más que un cúmulo de verdades o creencias, es un camino, una puesta en marcha de las exigencias del Reino. Jesús camina por todas las sendas y veredas de Palestina y a los suyos les manda dispersarse y predicar el evangelio. Se intentó frenar sus pasos para siempre clavándolo en la cruz y sellando su sepul– cro; pero se lo encuentra poco después, caminante empedernido, haciéndose el encontradizo a los desolados y decepcionados discí– pulos de Emaús. Quiere meterse en todos los caminos del hombre, entrar en su casa, tomar parte activa en sus dramas, en sus ilusio– nes, tragedias y lágrimas, en sus mismas esperanzas y alegrías. Seguir a alguien indica movimiento, esfuerzo, abrir nuevos hori– zontes. "El hombre en quien creemos es un ser con horizonte", decía hace algunos años René Macheu. ¿Qué habrá que decir, pues, del hombre creyente que sigue a Cristo? Entonces, ¿por qué hay tantas vocaciones para no hacer nada? ¿Por qué tantos creyen– tes viven aprisionados por esquemas caducos, por fórmulas iner- 165

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