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COMENTARIOS RADIOFÓNICOS EN COPE-ASTORCrA Cristo ofrece un mensaje universalista de integración. En el nuevo orden de salvación instituido por Jesús nada es de suyo es impuro. Solamente la pureza, efecto de una purificación del corazón, de una comunión real con Dios, es verdadera. Lo que entra de fuera en el hombre no puede contaminarlo, pues no entra en su corazón, sino en el vientre, yendo a terminar en la letrina. Lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre, pues del interior del corazón de los hombres salen los malos pensamientos, adulterios, robos, asesinatos, envidia, insensatez etc. En el centro de todo ya no están los alimentos puros e impuros, sino el hombre: es aquí donde debe realizarse la verdadera transformación. Para Jesús ya no hay compartimentos estancos, ni cotos cerrados: sólo la perver– sión del corazón puede apartar de la comunión religiosa, socioló– gica, ecológica etc. Hoy se habla mucho de pecado social y estruc– tural como origen de todos los males que afligen al hombre. Pero ¿qué es el pecado social y estructural sino la suma maléfica de la perversión concreta, tangible y fecunda del corazón humano? Los gobernantes, los sociólogos, los -educadores y legisladores debe– rían tener más en cuenta esta realidad antropológica y evangélica, concretada en las palabras de Jesús: "Todas estas bajezas salen de dentro y contaminan al hombre" y "Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios"(Mt 5, 8). Vigésimo tercer domingo del tiempo ordinario (Me 7, 31-37) De un modo gráfico y expresivo, teniendo en cuenta las prácticas terapeúticas antiguas, el evangelio nos presenta la cura– ción de un sordo y tartamudo. Esta curación tiene un significado especial. El contexto evangélico rechaza la distinción judía entre hombres puros e impuros; entre una esfera religiosa separada, en la que Dios está presente, y otra esfera ordinaria, cotidiana, en la que Dios está ausente. En contra de lo que afirman los fariseos, 155

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