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COMENTARIOS RADIOFÓNICOS EN COPE-ASTOR(¡-A Espíritu es el que da vida; las palabras que os he dicho son espíritu y vida" Así se deslindan los campos; quien piensa según racioci– nios humanos intenta mantener lo establecido, evitando cualquier cambio o transformación, intenta orientar el evangelio según sus personales apetencias. "A partir de ese momento, dice el evange– lio, muchos de sus discípulos se retiraron y no caminaban en su compañía". Dolorosa comprobación que manifiesta, por una parte, la libertad del hombre para creer o negar, admitir o recha– zar; y, por otra parte, la dignidad y delicadeza de Jesús que respeta las decisiones humanas. La pregunta que hace a los Doce es un ejemplo claro del respeto a la persona y a su libre decisión: "¿También vosotros queréis dejarme? Pedro, en nombre de la comunidad creyente, responde: "Señor, ¿ a quién vamos a ir? Tú tienes palabras de vida eterna. Y nosotros hemos creído y cono– cido que tú eres el Santo de Dios". El creyente encuentra la seguri– dad y el sosiego de su fe en la comunidad, representada por los Doce, con Pedro a la cabeza. "¿A quién ir si sólo Cristo tiene pala– bras de vida?" "Solamente encontrándolo -como ha dicho un escritor- podremos descubrir el Ser entre las cenizas de la Nada". Vigésimo segundo domingo del tiempo ordinario (Me 7, 18.14-15.21-23) Con palabras claras y tajantes Jesús nos dice dónde está, dónde reside el fundamento de la verdadera moralidad. No está en la observancia escrupulosa de las prescripciones y ritos, ni en las realidades externas que puedan contaminar al hombre; la verda– dera moralidad reside en la sinceridad y transparencia del corazón humano; "este pueblo, dice Jesús citando al profeta Isaías, me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí". Los fari– seos, intentando ser fieles a la voluntad de Dios, habían cercado la 153