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COMENTARIOS RADIOFÓNICJS EN COPE-ASTORG-A se puede cortar al hombre en dos y pulirle el alma mientras se tira su cuerpo a la basura. Si el Todopoderoso le hubiera destinado a esto, habría creado un bípedo que llevara el alma en una bolsa col– gada del cuello ... Cuando se ignora de dónde llegará la próxima comida, no se puede pensar en el estado del alma, ni cuidarla". Vigésimo domingo del tiempo ordinario (Jn 6, 51-59) Una vez más los judíos se enfrentan al misterio de la persona de Jesús y a su desconcertante mensaje: "¿Cómo puede éste dar– nos a comer su carne?" Es la pregunta que nosctros, más menos explícitamente, nos hemos hecho cuando se nos explicó qué era la Eucaristía. Jesús no lo explica, sencillamente afirma y remacha: "Quien come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna". Pero Jesús nos da el verdadero sentido de este comer y este beber: "El qu.e come mi carn~ y bebe mi ~angre permanece en mí y yo en él". Comer el pan eucarístico significa entrar en estrecha comunión de vida con Jesús, en esta comunión de vida expresada gráficamente por la alegoría de la vid y los sarmientos. Esta comunión incluye un clima denso e intenso, una adhesión a él por el amor; incluye vivir su propia vida, participar de su destino, como los sarmientos y el tronco vital; incluye aceptar su evangelio y orientar según él nuestras vidas. No tiene sentido "comulgar" si no encarnamos en nuestras vidas los mismos sentimientos de Jesús. Sin duda alguna en el texto se alude a la celebración sacramental de la Eucaristía con una fórmula propia de las comunidades j óanicas donde la palabra "carne" tiene el mismo sentido que en o:ras comunidades el término "cuerpo". Por eso, comulgar es algo muy serio, porque es participar de la persona de Jesús que se entrega para dar vida al mundo .. Todo el misterio de Jesús conmemorado y actualizado. Como comunión en el amor, el creyente que comulga es invitado a hacer lo mismo que hizo Jesús: "ser carne para que el inundo 151

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