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COMENTARIOS RADIOFÓNICOS EN COPE-ASTORCrA Simón?". Los habitantes de Nazaret niegan que un hombre que ha vivido, trabajado, sufrido y gozado con ellos, venga de Dios. La grandeza de Dios parece quedar eclipsada y esto constituye un escándalo, es decir, algo que impide crecer racionalmente. El escándalo no proviene tanto del hecho de que Jesús sea un carpin– tero, sino de que es "uno de nosotros a quien todos conocemos". El rechazo por parte de los suyos no es ninguna novedad para Cristo, porque sólo en su tierra, entre sus parientes y en su casa desprecian a un profeta". Siempre se procura quitar de en medio a los hombres molestos, a los que dicen las cosas claras, a los pione– ros de las reformas necesarias, a los promotores de la justicia, de la fraternidad y de la libertad, a quienes leen los signos de los tiempos y señalan el progreso de la historia. Así sucedió en tiem– pos de Jesús, ha sucedido en el transcurso de la historia y sucederá mientras existan pueblos y comunidades humanas. El dicho sar– cástico de Miqueas resume bien lo que el pueblo quiere oír de un profeta: "Si viniera un profeta, soltando embustes: te invito a vino y a licor, sería un profeta digno de este pueblo" .La escena evangé– lica termina con una observación del propio evangelista: "No pudo hacer allí ningún milagro". ¿Para qué iban a servir los mila– gros? Los milagros son la respuesta a la sinceridad del hombre que busca la verdad; no son un intento de violentar la voluntad del hombre. Los milagros no pretenden sustraer al riesgo de la fe, por– que las señales de Dios no son evidentes a toda costa. En Nazaret hallamos dos maneras de entender la religión: los nazaretanos quieren una religión impuesta desde arriba, que los libere de sus responsabilidades personales; Jesús, al contrario, subraya la acción de un Dios encarnado en el hombre. Esto quiere decir que el cristiano o cualquier hombre que intente hacer suyo el mensaje de Jesús debe aceptar la contradicción y la lucha como condición ineludible de su vida. 143