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COMENTARIOS RADIOFÓNICOS EN COPE-ASTORCi-A pesar de las apariencias, la semilla encierra una fuerza creativa que nada ni nadie puede sofocar. "Y cuando el fruto lo permite, se echa mano de la hoz, pues ha llegado el tiempo de la siega". La otra parábola, la del grano de mostaza, halla su ~entido en el con– traste y en la continuidad entre la pequeñez del ¡:unto de partida y la magnitud del punto de llegada. La más pequeña de las semillas, una vez sembrada, empieza a crecer y se convierte en la mayor de todas las hortalizas; esta semilla encierra una gran potencialidad, porque el Reino de Dios está centrado en ella. La parábola del grano de mostaza nos dice que el Reino de Dios está ya actuando en la vida de cada día. El Reino está aquí, en medio de las contra– riedades y de los fracasos, de las convulsiones sociales y de los sobresaltos religiosos; por eso, no debemos huir de la historia, porque es precisamente ahí donde el Reinado del amor se difunde y agranda cuando se siembra la semilla- palabra con decisión esperanzada. El Reino de Dios está aquí y nos sigue provocando para que arriesguemos nuestras vidas como una ínfima semilla en los sangrientos surcos de nuestra época, como un fermento imper– ceptible que no sabe cómo será el pan de mañanL Éste es el men– saje de confianza que el evangelista transmite a las comunidades cristianas de todos los tiempos. Duodécimo domingo del tiempo ordinario (Me 4, 35-40) La escena aparatosa y espectacular de la tempestad calmada es todo un reto a los cristianos de ayer, de hoy y de mañana; es también una llamada apremiante a la fe confiada que da seguridad y equilibrio activo y creativo. La clave para comprender el relato reside en el reproche de Jesús: "¿Por qué sois tan miedosos? ¿No tenéis fe todavía?" Se destaca no el poder mara';illoso de Jesús, sino más bien la fuerza de la fe de los discípulos. Hay discípulos que no soportan el aparente silencio de Dios: "Maestro, no te 139

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