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COMENTARIOS RADIOFÓNICOS EN COPE-ASTOR(i-A a través de la palabra, que con ritos y símbolos descubre una vivencia de amor y de servicio. De este modo el creyente perma– nece frío y helado, sin experimentar la fuerza renovadora de la Eucaristía. De poco vale cantar "el Señor resucitó, aleluya", si no existe una verdadera resurrección en una vida esperanzada, gozosa, reconciliada con nosotros mismos, con los demás hom– bres y mujeres y el entorno en que vivimos. Los discípulos de Jesús tienen corno misión dar testimonio de la resurrección, ser testigos del Hombre nuevo que renueva a los individuos y a las estructuras sociales. Hoy, corno en los orígenes, corno en todas las épocas de crisis, la fraternidad cristiana es el hogar en el que la llama del evangelio se reanima y vuelve a fluir en la variedad del espacio y del tiempo. Desde el momento que Jesús ha resucitado, el mundo vive en permanente dinamismo de cambio y transforma– ción. El hombre de fe ha de ser el agente privilegiado de ese cam– bio, con decisión, con valentía. Cuarto domingo de Pascua (Jn 10, 27-30). Las breves líneas del evangelio de este domingo pertenecen al marco más amplio, cuyo terna general es el del buen pastor. Los judíos piden impacientes y angustiados: "Si tú eres el Mesías dínoslo claramente". Frente al mensaje de Jesús los hombres poseen siempre la libertad de decir sí o no: "Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco y me siguen". El problema de la increduli– dad de los judíos radica en que no son de las ovejas de Jesús. Es decir, carecen de apertura, de diáfana y generosa disponibilidad hacia la verdad. La fe solamente es posible cuando hay un mínimo de apertura y de transparencia de corazón. Si esto no existe, cual– quier argumento resulta inútil, pues el problema radica no en la inte– ligencia sino en el corazón. Por el contrario, quienes acogen con sencillez la verdad, nada temen frente a la cerrazón, frente al escar- 127

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