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COMENTARIOS RADIOFÓNICOS EN COPE-ASTORCrA no convirtáis la casa de mi Padre en un mercado". Jesús inaugura un tiempo nuevo en el campo de las relaciones del hombre con Dios. Con Cristo, Dios se hizo hombre y "puso su morada en medio de nosotros". Por eso, nuestro verdadero culto rompe los estrecho limites de unas paredes y se proyecta hacia todos los hombres. Fuera es donde hemos de demostrar que sabemos per– manecer en el Templo. Fuera es donde se adquiere el derecho de entrada en el Templo. Invito a mis oyentes a una serena y severa reflexión sobre esta página evangélica que subvierte el sentido ritualista y mágico de la religiosidad. Los peores enemigos de la fe cristiana no son los de enfrente. Los verdaderos enemigos de la fe cristiana somos los que nos consideramos creyentes, seguidores de Jesús, pero que vivimos una fe desencarnada, descomprome– tida, simplemente centrada en unos ritos sin proyección existen– cial y sociológica, como una póliza de seguros contra el riesgo del más allá. Un gran novelista católico observa con cierta amargura: "Nuestra religión es verdadera, pero nuestra manera de practicarla la hace aparecer falsa". Cuarto domingo de Cuaresma (Jn 3, 14-21) El pasaje evangélico que hoy comentamos constituye la sín– tesis más fecunda y esperanzada de la vida cristiana. Nuestra época, angustiada y torturada, inquieta y maltrecha, tiene más que nunca necesidad de un salvador. Sin saberlo, los hombres gritan anhelantes hacia él. S. Juan nos ofrece la solución definitiva y satisfactoria: "De tal modo -dice- amó Dios al mundo que le entregó a su Hijo único, a fin de que todo el crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna". Jesús hace realidad el simbolismo de , la serpiente levantada por Moisés en el desierto; al mirarla los israelitas quedaban curados; quien cree en Jesús, muerto y resuci– tado, obtiene la llave de la vida, encuentra el sentido de su existen- 119

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