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REFLEXIONES DOMINICALES SOBRE EL EVAN(i-ELIO glorifican a Dios diciendo: "Nunca habíamos visto cosa seme– jante". Un poder reservado a Dios según la teología judía lo tiene ahora un hombre; ésta es la causa del asombro. Pero S. Mateo, además de acentuar esta misma idea, refleja una situación litúr– gico-salvífica de la comunidad: para el evangelista Mateo la muchedumbre glorifica a Dios no tanto por el milagro realizado, sino "por haber concedido tal poder a los hombres. En la comuni– dad cristiana se realiza ya el perdón de los pecados, como don excelso y fecundo entregado por el Resucitado. Fe y perdón, las dos fuerzas motrices de toda la vida de la comunidad. Octavo Domingo del tiempo ordinario (Me 2, 18-22) Una vez más las palabras de Jesús causan sorpresa y escán– dalo, sobre todo entre los fariseos, rígidos observadores de las prescripciones y tradiciones judías: Estos, juntamente con los dis– cípulos de Juan Bautista, le preguntan: "Por qué los discípulos de Juan y de los fariseos guardan ayuno y tus discípulos, en cambio, no ayunan?" Jesús responde tajante: Nadie ayuna mientras se celebra una boda y los novios están presentes, contentos y alegres; es el tiempo de la diversión, no del ayuno y de las caras tristes. Ha llegado "el esperado", ésta es la idea central que da unidad a todas las controversias y afirmaciones de Jesús: perdona los pecados, cura los enfermos, quita las barreras que separan a los hombres, porque ha llegado el tiempo de la salvación, de la liberación. Los fariseos y los discípulos de Juan ayunaban para acelerar la llegada del Mesías; los discípulos de Jesús están convencidos de que el Mesías está con ellos; por eso es el tiempo de la fiesta, no del ayuno; más adelante les será quitado el esposo y entonces ayuna– rán. El relato rezuma una sutil ironía: ha llegado el Reino mesiá– nico. Jesús ha venido para celebrar una fiesta con la humanidad humilde, enferma necesitada, Comprended que ha terminado el 114

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