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REFLEXIONES DOMINICALES SOBRE EL EVAN(rELIO es la esencia de la libertad cristiana: disponibilidad plena al amor y al servicio fraternos, renunciando al "yo", al narcisismo, al capricho que esclaviza o a la ambición que oprime. Libertad que nos hace saltar del yo al tú, del egoísmo al amor, del estéril abur– guesamiento al compromiso fecundo. Ha comenzado la presencia eterna de Dios en Nosotros. ¡Feliz Navidad!. Festividad de la Sagrada Familia (Le 2, 22-40). En este primer domingo después de Navidad celebrarnos la fiesta de la Sagrada Familia de Nazaret. Los relatos evangélicos nos hablan de una familia enraizada en el tiempo y en el espacio corno cualquier otra familia y a la vez implicada en una misión de salvación única en la historia de la humanidad. De esto nos habla la escena de la presentación del mismo Jesús en el Templo. Todo se hace según los ritos y las costumbres judías. Pero la escena tiene una repercusión permanente para los hombres de todos los tiempos. Dos personajes ancianos imbuidos del espíritu profético anuncian el destino singular de aquel niño tierno y enclenque corno todos. El será luz para iluminar a todos los pueblos. Luz es lo mismo que salvación mesiánica, que orienta el camino del hombre, señala el verdadero rumbo de la existencia. Quien sigue a Jesús sabe de dónde viene, adonde va y cuál es el sentido de su vida. Pero hay algo más: Jesús será la señal de contradicción y una espada para su propia madre. Jesús será y es corno una cuña cla– vada en el corazón del hombre. La vida de Jesús deja de ser un romántico idilio y se transforma en un drama: para él, para su madre, para sus discípulos y para todo el pueblo. Jesús jamás impondrá la fe a nadie. Su llamada será una invitación a una res– puesta libre y responsable: "Si quieres, ven y sígueme". Su pala- 102