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das sus "gracias". Nunca han sabido decir que no a sus caprichos. El hijo crece y cada día es más déspota e insubordinado. Es mal estudiante, es mal amigo, es un egoísta. Dejó la carrera a medio terminar. No tiene oficio ni beneficio. Es un parásito, un crítico feroz de la sociedad, un resentido. Y puede ser cualquier cosa: desde vago profesio– nal a delincuente. Los "padrazos" pueden admirar su obra: "le he– mos dado todo lo que quiso", "ha hecho siempre lo que ha querido". ¿Es esto libertad? ¿Qué es, realmente, la libertad? Frente a este concepto de la libertad -si puede llamarse "concepto" a una visión tan institiva y a-racio– nal- que la hace consistir en un oscuro y caprichoso "hacer lo que le da a uno la gana" va ganando terre– no en algunos ambientes otra teoría que impugna la existencia misma de la libertad. El hombre no es libre. Las razones de la negación tienen diverso valor y van desde la sicología a la metafísica pasando por la medicina. Nos interesa de nuevo escuchar al hombre de la calle para captar el alcance de los diversos ar– gumentos: -La libertad no existe desde el momento en que yo estoy en la vida sin que nadie haya contado con– migo. Por tanto yo vivo sin decisión alguna libre por mi parte. ~Pertenezco a una determinada religión porque he 91