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-La sociedad de consumo nos mete por los ojos su fascinante mercancía. Un bombardeo permanente de anuncios crea en el hogar moderno necesidades artificiales. Se gas– ta para el escaparate de la opinión ya que se vive en una sociedad que valora mucho estas cosas. ¿Dónde está la tan decantada libertad? -La vida social está montada de tal modo que su– pone una continua y pesada servidumbre. El hom– bre tiene que aparentar. El hombre tiene que al– ternar lo que lleva consigo, cuantiosos gastos y "compromisos" sociales ineludibles. Todo ello, igual a carencia de libertad. -En determinados ambientes la familia vive profun– damente dispersa. La casa no tiene calor de ho– gar porque sus miembros no conviven. Los espo– sos se llevan muy mal y los hijos son testigos de las tensiones, de las disputas y de las ofensas. Los problemas se dirimen a gritos. Y, al final, ca– da uno se marcha a vivir su vida. ¿Qué educación para la libertad es ésta? 90 -Los padres "liberales" se marchan de vacaciones y dejan a su hija de 16 años dinero abundante y un "descapotable" para que se divierta y lo pase bien con sus amigos. Si quiere puede pasar unos días en el extranjero. Eso sí, se le aconseja que vaya siempre "preparada". ¿Quién es el responsable de que la hija se pierda? Está claro que no se puede jugar con la libertad impunemente. -Los padres -"somos unos padrazos"- han hala– gado tontamente la vanidad del niño. Le ríen to-

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