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UN HOMBRE LLAMADO FRANCISCO San Francisco ha protagonizado la más profunda conmoción espiritual desde los tiempos de Cristo. Sin miedo a exageraciones se puede afirmar que se trata de una verdadera revolución en el sentido y con el es– píritu que quería para la Iglesia el gran Papa Pío XII. "Revolución de los hijos de Dios" que provoca una ruptura con una visión de la vida excesivamente terre– nal y materialista. Francisco ha sido considerado a úl– tima hora como "contestatario" y con razón, siempre que entendamos la expresión como protesta insobor– nable contra todo género de vida burgués y a medias tintas. Desde las primeras fuentes se nos dice que Francisco quiso romper -y lo hizo con la máxima energía- con todas las ataduras de la vida mundana. Se le presenta asimismo como "reconstructor" de la Iglesia que amenazaba ruina. ¿Cómo es, en realidad, San Francisco? ¿Cómo se explica su inmensa labor de renovación? ¿Cuáles son sus ideas, sus sentimientos, sus proyectos, sus metas? ¿Cuál es el secreto de su eficacia? Quien se acerque a San Francisco con mentalidad profana no podrá resistir la tentación de desorbitar su figura para presentarla atractiva, fascinante y sugerido– ra. La intención es buena en el fondo. Pero el proce– dimiento suena a falso porque se queda en la corteza de la personalidad real del santo. Así se explica lo po– co convincentes que resultan en general las películas sobre San Francisco. No cabe duda de que los artis– tas dan forma plástica a vivencias profundas del Po- 66