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· la búsqueda activa y esforzada de llenar los de– signios de Dios con sinceridad, con humildad y con entusiasmo. La obediencia es "disponibili– dad" no sólo en el sentido de colaborar activa– mente en las empresas que a uno se le confían sino en otro sentido más dinámico y enriquece– dor que consistiría en aportar nuevas sugeren– cias, en revisar con sentido crítico las gestiones de la comunidad, en brindar experiencias nuevas en los diversos campos de actuación, en intere– sarse activamente por la buena marcha de los asuntos comunes. 4. Con estas indicaciones está a la vista que la obediencia "pasiva" no resiste el más elemental sentido crítico y de revisión. El acatamiento dó– cil de los mandatos de la autoridad y el cumpli– miento fiel de los mismos que, en otras épocas, daban la cumplida figura del hombre obediente se consideran hoy insuficientes. Por parte del superior no basta la buena intención de acertar al imponer una obediencia concreta, aunque lo haya pensado mucho "delante de Dios". Hoy se requiere que, antes de tomar una decisión -por lo menos en los asuntos de transcendencia que afectan al bien de la persona o de la colectivi– dad- haya un diálogo abierto entre el superior y los súbditos para que tengan fuerza las razones y los argumentos, no el capricho ni la arbitrarie– .dad. Es lo que se llama obediencia dialogada y activa. 5. La obediencia "dialogada" crea un clima de soli– daridad entre gobernantes y gobernados abrien– . do amplios cauces de apertura, participación y 59