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AUTORIDAD - OBEDIENCIA Es, sin duda, uno de los campos más conflictivos del pluralismo tanto en la sociedad civil como en la religiosa. Se admite como punto de partida el principió de autoridad. Pero las opiniones se diversifican y se matizan escrupulosamente cuando se trata de los en~ foques, del contenido, del alcance y del ej.ercicio de la autoridad y de la obediencia. Un planteamiento amplio del tema roza natural– mente las zonas de conflicto porque incide en valores que encuentran hipersensibilizada la conciencia del hombre moderno. El esquema de la autoridad-obedien– cia al estilo clásico es de una sencillez impresionante: el superior tiene el deber y el derecho de mandar; el súbdito tiene el deber y el derecho de obedecer. El su– perior tiene la "gracia de estado" y el súbdito acata sus ó'rdenes con espíritu sobrenatural considerando la voz de la obediencia como la voz de Dios. Toda la as– cética de la obediencia va por este camino: el superior es "portavoz" de la voluntad de Dios, el que obedece "no se equivoca nunca". Desde este esquema, elemen– tal y pragmático, la obediencia no es cuestionable. Puede haber desviaciones en el ejercicio de la obedien– cia o un mal ejercicio de la autoridad, pero los prin– cipios básicos son intangibles. Este plateamiento es rechazado de plano en am– plios ,sectores de opinión, porque resulta excesivamen– te simplista y no responde a las exigencias de la vida de hoy. Anda por las nubes y no toca tierra por su fal- 57