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nas esbozada ... si conocieran al Dios del Evan– gelio... quizá no lo rechazaran. Frente a estos cambios de tanto volumen y trans– cendencia es innoble decir que "todo sigue igual" y, sobre todo, actuar como si no hubiera pasado nada. La misma actitud de renovación y cambio ha da– do importantes resultados dentro de la Iglesia. La Evangelización recobra su puesto de honor a la hora de reconstruir el mundo para Cristo. Cierto que el men– saje es el mismo y que se defienden las verdades de fe con fidelidad y firmeza. Es una cuestión vital para la vida de la Iglesia. Sin embargo, ha habido un plura– lismo ortodoxo, enriquecedor que ha oxigenado con aire nuevo y puro la Evangelización. En efecto, la pre– dicación presenta una impronta nueva: 7 es 'más bíblica: el pueblo creyente tiene hoy un ac– ceso fácil a las Sagradas Escrituras, lo que no su– cedía hasta ,hace poco tiempo. En el pueblo cris– tiano se ha suscitado un interés enorme por la lectura de los Santos Evangelios. Hoy, cualquier movimiento apostólico consulta periódicamente el Santo Evangelio para normar su vida. El Evangelio se ha divulgado, ha sic;lo temario de Cursillos, de · cohferencias, de sesi6nes cinematográficas forma– tivas, etc. Se puede afirmar que el temor más o menos con– fesado a que el pueblo fiel leyera la Biblia ha da– do paso a un interés plausible por conocerla me– jor. El Evangelio es un libro que "se agota" edi– ción tras edición. -es más pastoral: en su contenido y en sus enfo– ques. Basta leer un sermonario clásico o consul- 55