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Sano optimismo que no consiste en el desconocí· miento ingenuo de las dificultades reales, sino en la confianza entusiasta de poder superarlas. .. .que sabe que se pueden perder muchas bata– llas y ganar la guerra, ... que insiste y persevera en su labor a pesar de lo duro y lento del trabajo con la insistencia de la gota de agua que horada la piedra; con la inven– cible constancia con que el hombre reconstruye su hogar en los solares arruinados después del te– remoto, ... que ha visto florecer la amistad, la solidaridad y el heroísmo donde menos podía razonablemente esperarse, ... que ha experimentado en su propia vida que lo que es imposible para los hombres es muy fácil para Dios. El hombre nuevo se califica, ante todo, por su gran corazón. La búsqueda del corazón -del corazón prototipo y perfecto-, nos llevará a recorrer el mundo entero sin resultado satisfactorio. Felizmente, el Evangelio nos lo presenta al descubierto para que podamos admirarlo, adorarlo y, en la medida de nuestras fuerzas, a imitar– lo. "Noverim ... TE". ¡Qué hombre nuevo más maravilloso vamos descu– briendo con el Evangelio en la mano! El hombre nuevo, según el modelo evangélico, ha de tener un corazón: -sensible, abierto, alanceado y sangrante, -bondadoso, cordial, comprensivo, expansivo, 156