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el lenguaje del pueblo, que sepa vibrar con sus problemas. -un hombre "de Dios", totalmente disponible cuan– do se trata de las cosas de Dios. Un hombre es– pi ritual que viva intensamente la llamada divina con todos los compromisos que entraña. El prime– ro en la santidad personal, como ejemplo y testi– monio para los hermanos. -"para los hombres", conviviendo con ellos, inte– resándose por sus problemas, compartiendo la vi– da, los trabajos, las preocupaciones. Recibiendo sus consultas, sus confidencias, sus críticas. Esti– mulando los deseos de santidad y perfección. En– tregándoles su tiempo, su capacidad, su inteligen– cia y su amor. "Haciéndose todo para todos para ganarlos para Cristo". En este capítulo caben todas las experiencias, la iniciativa personal, los programas más vanguar– distas y exigentes de apostolado y las formas más diversas de vida. -"ad ea quae Dei sunt". Y son tantas las "cosas de Dios" es tan varia, compleja y difícil la "obra de Dios" que exige la dedicación en jornada intensi– va y plena de todos los sacerdotes y de más que hubiera. El día que la vocación se viva así florecerán de nuevo las vocaciones. Seguro. 148