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relieve especial una teología desencarnada . y mistérica. La Eucaristía es banquete, fracción del pan en común, comunión del pan, del vino y de los problemas con los hermanos. Si la Eucaristía consiste en un reparto injusto de los bienes merece el reproche que hizo San Pa– blo ya al principio: He oído que en la fracción del pan no hay equidad en el reparto y mientras unos banquetean otros pasan hambre... 7. La predicación se pierde en las nubes y en la dis– quisición abstracta sobre Dios y sus misterios. Y no es este el camino para convencer al hom– bre del pueblo. Lo que el pueblo pide hoy es la implantación de la justicia y la liberación de to– do tipo de opresiones mediante una predicación que pise fa tierra firme de sus problemas, de sus necesidades, de su lucha por la vida. 8. Toda la predicación de Cristo se sitúa en la línea de la defensa de los pobres, de los débíles, de los oprimidos. El mismo Cristo presenta las cre– denciales de su reino con esta frase conmovedo– ra: "Los pobres son evangelizados". Quien no opta por los pobres no puede llamarse sincera– mente cristiano. La aceptación "con condiciones" o el simple re– chazo de la reforma litúrgica cristaliza en la vida con una estrategia a la defensiva -hay una vinculación sentimental y estratégica al pasado añorado- o se dispara por el camino de las experiencias más origin~– les e inverosímiles. Por el sector integrista todavía persisten: -algunos altares de espaldas al público, 134