BCCCAP00000000000000000000722

94 EL PROTESTkVTISJ.110 ANTE LA BIBLIA parecer ridículas e ininteligibles a las generaciones siguientes. No así el latín que, precisamente por su carácter actual de idioma sabio y no hablado, conserva la dignidad de la liturgia y la exactitud de las fórmulas dogmáticas, tan necesa;t;ias a una Iglesia perenne e in– mutable. La circunstancia de que el pueblo no entiende ahora la lengua latina, no ha sido juzgada por la Iglesia suficiente razón para dejar de celebrarse la Misa en este idioma. La Misa no es un sermón doc· trinal a la manera del culto protestante que se reduce a una simple lectura o plática de la Biblia, acompañada de algunos cánticos. La Misa es un sacrificio, el Sacrificio de la Religión Cristiana. En la Misa el sacerdote habla a Dios y no al pueblo (excepto unos pocos casos) y por esto dirige su rnstro hacia el altar. Por otra parte, el Santo Sacrificio de la Misa no es para los ca– tólicos un libro cerrado, pues aunque no todos entienden las oracio– nes que en ella se reizan -,~n la mayor parte de las iglesias no la~ entenderían todos los fieles, aunque se rezaren en lengua vulgar, por razón de la distancia- reciben suficiente instr:ucción acerca de ella en la predicación y en los libros de piedad escritos en lengua vulgar y que están al alcance de todos (1). 1 .---En lengua castellana hay "dieiones manuales del Misal romano, que recomen– damos encarecidamente a nustros lectores como el mejor devocionario para asistir cott provecho espiritual al Santo Sacrificio ele la Misa. Pídanse en las librerías católicas.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz