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84 EL PROTESTANTISMO ANTE LA BIBLIA (San Lucas, XXII, 19); igualmente, después de decir: "Esta es mi sangre del Nuevo Testamento, añade: "que es derramada por vos– otros" (San Lucas, XXII, 20). En ambos casos el verbo se halla en tiempo presente (según el texto original griego), lo cual manifiesta que Jesús se refiere, no al sacrificiQ de la Cruiz que ofrecerá al día siguiente, sino a su Cuerpo y a su Sangre contenidos en el Sacra– mento que entonces instituye. Además, la expresión: "que es dado o entregado" y más aún esta otra: "que es derramada" indican que el Cuerpo y la Sangre de Jesús son entregados a los Apóstoles en estado de víctima, pues estas expresiones -en e! Nuevo Testamento - significan una inmolación (Gálatas, II, 20; Tito, 11, 14). Por con– siguiente, el Salvador, en la última Cena, se ofreció a Dios como víc– tima; luego ofreció un verdadero sacrificio. Pero la prueba principal de esta verdad nos la proporciona el hecho de que, en la Eucaristía, se hallan todos :os elementos necesa– rios para constituir un sacrificio. Efectivamente, en la Eucaristía hay: 19 Sacerdote oferente, que es Jesucristo, sacerdote principal. En la Cena fué el Salvador en persona; después, en el transcurso de los siglos, es Jesús por ministerio de sus ministros que, en virtud de la ordenación, participan de su sacerdocio divino. 29 Hostia, o víctima, que es el Cuerpo y la Sangre de: mismo Je– sucristo bajo las especies sensibles de pan y de vino ( l l. 39 Destriwción equivalente de la víctima, que es la mística sepa– ración del Cuerpo y de la Sangre de Jesucristo en virtud de las pala· bras de la Consagración que el Salvador pronunció en :a Cena y que el sacerdote pronuncia en nombre de Cristo en la Misa. Y también el estado de aniquilamiento a que queda reducido Jesucristo en vir– tud de las palabras de la consagración, estado que lo hace incapaz de servirse de su cuerpo y apto para ser comido. Reducir Jesús su cuer~ po vivo al estado de alimento ¿no es morir moralmente? E: ;hombre, al morir, conserva por algún tiempo la fig{ira humana; pero Jesús, en la Hostia Eucarística, pierde hasta la apariencia de hombre. ¿No es el supremo grado de aniquilamiento? 4~ Oblación, u ofrecimiento a Dios. En la Cena, Jesús dirige a su Padre celestial una oración de acción de gracias y lo mismo hace el sacerdote en la Misa, que por esto se llama por antonomasia sacri– ficio eucarístico, o de acción de gracias. 2) .Jesucristo, al instituir el sacrificio euca.rístico dió a los Após– toles el rnandato y la potestad de ofrecer aquel misrno sacrificio.– Después de consagrar el pan dijo el Señor: "Haced esto en nombre de mí". Y después de consagrar el vino: "Haced esto cuantas veces beberéis de él en memoria mía" (1 Corintios XI, 24-5); es decir: Con– vertid el pan y el vino en mi Cuerpo y en mi Sangre y ofrecedlos a mi Padre, así como yo acabo de hacerlo". Ahora bien, es evidente que si Jesucristo mandó a sus Apóstoles hiciesen lo que El acababa de hacer, convertir el pan y el vino en su Cuerpo y en su Sangre... debió darles poder para efectuarlo; de otro modo, hubiérales man- 1.--En lenguaje teológico se entiende por "especies del pan y del vino"~ fo acci– ·dental del pan y del vino, es decir, lo que no constituye su substancia, lo que se perci– be con los sentidos: extensión, color, sabor, peso, etc.

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