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LA VIDA SOBRENATURA.L DE LA IGLESIA 69 (San Mateo, XIX, 17). ¿Diremos que hay contradicción entre el Maes• troy su Apóstol? · La respuesta de San Pablo es verdadera, pero no expresa toda la verdad: para salvarse es menester creer en Jesús porque la fe es 1mo d.e los mandamientos, pero no el único. Con !a fe sola, nadie po• drá salvarse, si no cumple los demás mandam:entos: "También los demonios creen y tiemblan" (Santiago, II, 19). El mismo San Pablo enseña que la fe, sin la caridad, dé nada aprovecha (1 Corintios, XIII, 2). Objeción 3[!--San Pablo nos presenta la vida eterna como una herencia (Romanos, VIII, 17), no corno el fruto de nuestros méritos. Respuesta.-,Sin duda, la vida eterna es una herencia; pero Dios nos prescribe a nosotros •-:--hijos suyos por adopción, no por natura.– ~eza.- condiciones para obtener dicha herencia.. Uha d€ estas condi– ciones, según el mismo texto ele San Pablo, es el sacrificio: "Si somos hijos de Dio•s, somos también herederos; 'herederos de Dios y cohe- '- rederos de Cristo; Ji.o obstante si sufrimos con El, es para ser glori– ficados con El" (Romanos, VII, 17). El protestante no dice con San Pablo: "Sufro lo que aun falta a los sufrimientos de Cristo en mi propia carne" (Colosenses, I, 24), sino que dice a Jesús paciente: "Sufrid vos so~o, Señor". El protes• tantismo es la abo!ición del sacrificio en la vida cristiana. Objeción 4-;¡,_¿No e_nseña también San Pablo: "Que es justificado el hombre por la fe, sin las obras de la ley?" (Romanos, III, 28). "St por la ley se obtiene la justicia, luego en balde murió Cristo" (Gála– tas, II, 12). Respuesta.-San Pablo se refiere a los judaizantes de su tiempo, que obstinadamente defendían fa duración de la ley de Moisés, aun después de la Redención, y enseñaban que para ser uno justo y acep– table a Dios era preciso observarla. En oposición a esta doctrina, San Pablo establece el principio que, no es por las obras de la ley, esto .es, por una vida regulada según los preceptos mosaicos, que el hom, bre obtie11e la salvación; sino únicamente por la ·Redención de Cristo. Los protestantes raciona!.istas han pretendido hallar contradic– ción doctrinal entre San Pablo y Santiago. M_as en realidad este anta• gonismo no existe. "San Pablo, en su carta a los Romanos, insiste mucho sobre esta verdad: que la fe salva, no las obras. Santiago, al contrario, dice que la fe sola no salva sin las obras. Uno y otro tienE;n razón y no se contradicen en manera alguna. Las obras de que habla Santiago no son aqué:!.las a que se refiere San Pablo. Este habla de las obras de la Ley, de las prácticas legales de los judíos, y dice. muy justamente que la observancia de las prácticas judaicas no justi.ficu sin la fe. Santiago no se ocupa de las obras legales, sino de las obras cristianas, 16 que es muy diferente. La verdadera rel.igión, dice, no consiste sólo en creer, sino en conformar la conducta a la fe; no en observar la ley de Moisés, sino la ley de Dios y de Jesucristo. Esta doctrina es idéntica a la de San Pablo" (1). 1.-F. Vígouroux, Les livr,es saints et la critique rationaliste, T. V., p. 5 61 ( 5 ~ edición) .

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