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LA VIDA SOBRE'NATURAL DE LA IGLESIA 67 inmortalidad, pero el enojo y la indignación a los hijos de perfidia, indóciles a la verdad, dó,,i, les a la iniquidad" (Romanos, II, 6;8). 9) "He aquí que vengo luego, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada U1W según sus obras" (Apocalipsis, XXII, 12). Consecuencia.-La razón del premio de los buenos y del castigo de los malos, no es precisa, mente la fe, sino las obras. Son admitidos en El Reino del Cielo. los que han hecho obras buenas; y por no haber hecho obras buenas lc-s que están a la izquierda del Rey divino son condenados al suplicio eterno. Luego las obras buenas inspira• das por la fe y vivificadas por la gracia son las que nos salvan. El cristiano vivifica sus buenas obms uniéndolas a los méritos de JE!sucristo. OBSERVACIONES Doctrina católica acerca de la Justificación La justificación -esto es, el tránsito del e:otado de pecado, o ele e:riemistacl con Dios, al ele la gracia santificante- y su fruto, la vida eterna, son un doh gratuito de Dios que Nuestro ,Seño:- Jesucristo nos mereció con su pasión y muerte. Según el orden é.ctual de la Providencia, sin Jesucristo no podíamos salvarnos y, mediante su Redención, fuimos reconciliados con Dios y puestos en condiciones de poder conseguir la salvación eterna. ' Pero no todos participan del beneficio ele la Redencién, sino sólo aquellos a quienes se comunican sus frutos. Para esta participación, son necesarias cuatro cosas: 1~) Renacer a la vida sobrenatural por medio del Bautismo: "Nadie, si no renace del agua y del Espíritu (Santo), puf!de entrar en el Reino dé Dios" (San Juan, III, 5). "Nos salvó según su mise, 1 ·íicordia por el baño de la regeneración y de la renovación: del Espí ritu Santo" (Tito, III, 5). El sacramento del Bautismo nos incorpora a Jesucristo haciéndonos miembros de su Cuerpo místico (Gálatas, III, 27, 28; 1:¡, Corintios, VI, 15), hijos de Dios (1 San Juan, III, 2) y herederos de su Reino (Romanos, VIII, 17). 2~), Creer en Jesucristo como Salvador y tener po::- verdadero cuanto nos ha revelado: "Quien cree en Mí, tiene la dda eterna" (San Juan, VI, 47), "El que creerá y será bailtizado, será salvo: et que no creerá será condenado" (San Marcos, XVI, 16). · 3:J,) Observar los mandamientos divinos: "Si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos" (San Mateo, XIX, 17). "Enseñadles a guardar todo lo que yo os he mandado" (San Mateo, XXVIII, 20) 4~) Usar los medios de santificación que el Salvador ha dejado en su Iglesia para infundir la gracia divina en las almas (San Juan

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