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EL GOBIERNO DE LA IGLESIA 49 na::; discusiones en la Iglesia de Corinto, entre el clero y el pueblo, y para solucionarlas acuden, no al Apóstol San Juan que aún vivía en Efeso, E:ino al Obispo de Roma, Clemente, sucesor de San Pedro, y su resoJución es acatada por todos (1). E:J ya citado Harnack confiesa que "La Ig:esia romana poseía desde fines del siglo primero un primado de hecho en la cristian– dad" (2). OBJE:CIONES PROTESTANTfüS.-Objeción 1:;t: Jes·ncristo es la suvrema eabeza y el único fundamento de la Iglesia: "Cristo es la cabez:a de la Iglesia" (Efesios, V, 23). "Nadie pitede poner otro fnn– dam,ento que el que ha sido puesto, qu,e es Jesii.cristo" (H Corintios, III, 11). Resp·uesta.-Jesucristo; al establecer su Iglesia corno sociedad vi– sib:e, Je dió una utoridad, suprema que representase su poder divino para evitar la confusión en la doctrina y la anarquía en el gobierno. Una lglesia ·,risible .necesita una cabeza visible. Dios raras veces actúa de una manera directa .en la dirección de los hombres; elige más bien agentes humanos como ministros de su voluntad (Exodo, IÜ, 7-HJ; Hechos, IX, 6-17; 2, Corintios, V, 18-20). La Iglesia Católica no enseña que San Pedro sea la cabeza de la Iglesia independientemente de Jesucristo; sino que es su cabetza vi– sible en 1a tierra, representando la cabeza invisible y principal, Cris to Jesús. E::n cuanto al texto de San Pablo a los corintios debe interpretar– se -según se deduce del contexto- en el sent_ido de estas otras pa– labras del mismc Apóstol: "Sois conciudadanos de fos santos y miem– bros de la familia de Dios, edificados como estais sobre el fundamen– to (fo los apóstoles y de los profetas, siendo el mismo Jesucristo la piedra angular" (Efesios, II, 19-20). Como se ve, San Pablo aplica la pa!abra fundamento a Jesucristo y a los apóstoles y profetas, aun– que eD -diferente proporción. · Pol:· consigu:ente, Cristo cqmo "piedra angular", o fundamento, princi.pal de la Iglesia, pudo hacer e hizo a Pedro "piedra", ,o funda· mento ·secundario de la misma; del mismo modo que Cristo como primer Pastor (San Juan, X, 11) pudo hacer e hizo a Pedro pastor de su místico rebaño al decirle: "Apacienta mis corderos; apacienta mis ovejas" (Sar. Juan XXI, 16, 17). Obje,ción 21:/,: Los apóstoles enviaron a Pedro con Juan a Samaria (Hechos, VIII). Luego los apóstoles consideraban a Pedro como in– no como silperior. Respuesta.-Es cierto que los enviaron, pero no con la autoridad del que manda, sino con la actitud de· quien ruega, aconseja, persua- 1-·Mourret, Historia general de la Iglesia, tomo I, págs. I 61-163 (Barcelona. Bfol>il y Ga,y editores, 1918), · · · 2---.JVfarx. Comp,mdio de Historia de la Iglesia, 26, pág. 98 (Barcelona, 1914.– Co¡,sa,lier,, Jo, eruditos la obra magistral de P. Batiffol: L' Eglise naissante et le Catho. lichme. (Ge.balda,· París).
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