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EL GOBIERNO DE LA IGLESIA 47 ¿,no obedece evidentemente a que Pedro es el primero en categoría y dignidad?... :g;s también digno de notarse: a) que Jesús resucitado aparece a Pedro antes que a los demás Apóstoles; "Resucitó al ter– cer día.·.. y apareció a Cefas (Pedro) y después a los once" (I Corin– tios, XV, 5); b) que el Angel ordena a las piadosas mujeres vayan a comunicar la resurrección del Señor "a sus oiscípulos y a Pedro" (San Marcos, XVI, 7). En esta mención especial de Pedro ¿no es ra– zonable ver su dignidad de jefe del Colegio Apostólico? El Sumo Pontificado conferido a San Pedro no debía terminar con su muerte El fundamento de un edific10 debe durar tanto como el mismo edificio. Y como la Iglesia, establecida por Jesucristo para la salva– ción del linaje humano, debía subsistir hasta e~ fin de los siglos, de igual nianera debía subsistir la· piedra fundamental de la Iglesia, que es Pedro. En efecto: si la Iglesia tuvo necesidad de un Pastor y Jefe Su– premo, de un vínculo visible de unidad en sus principios cuando los fieles eran aún poco numerosos, cuánto más necesario debería ser eu los sig~os posteriores, cuando la Iglesia se hallaría extendida por toda la tierra! Los poderes conferidos a San Pedro por Jesucristo, no le fueron conferidos como persona privada y que, por tanto, debían morir con él, sino en virtud de la misión pública que tenía que desempeñar en la Iglesia. Tenía que ser siempre la piedra fundamental de la misma, destinada a resistir victoriosamente las persecuciones que el infierno le había de suscitar. Debía Pedro confirmar siempre en -~a fe a sus hermanos; abrir el cielo a las almas; apacentar a ovejas y a corderos. Ahora bien, San Pedro o no había de morir personalmente, o si había de morir era preciso que sobreviviera en sus sucesores. Siendo, pues, voluntad de Dios que San Pedro muriera, como to– dos los hijos de Adán y como el mismo Redentor divino, era también voluntad suya que el ministerio de Pedro se perpetuara hasta el fin del mundo en la ,persona de sus legítimos sucesores. Muy bien dice, a este propósito, el historiador protestante Stol.. berg (t 1819), convertido al catolicismo: "La dignidad conferida a San Pedro de apacentar el rebaño de Jesucristo no fué crucificada con el Apóstol; a la manera que no fué sepultado en el monte Hor con Aarón el sumo pontificado de 'éste (1). Al morir San Pedro, su apostolado. y episcopado universal fué trasmitido a su sucesor. · El Obispo de Roma es el sucesor de San Pedro en el Sumo Pontificado Es un· hecho histórico innegable, atestiguado por, toda la antigüe• 1-Stolberg,, Gescbicbte der Rpligion Jesu Christi, vol X. Hamburgo.Viena, 1807-1819.
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