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22 EL PROTESTANTISMO ANTE LA BIBLIA ,contienen todo lo de los Evangelios. Los ·sacerdotes que tienen cura de almas deben explicar el Evangelio en las misas del domingo. Fi– nalmente, en -!os catecis~ios y en los libros ascéticos se exponen mu• chas cosas de la Sagrada Escritura de una manera muy práctica y asimilable para la generalic.lac1 ele los fieles. Sin embargo, creemos que nunca se recomendará bastante la lec· tura de la Biblia, si no absolutamente necesaria, provechosísima. Qui– siéramos verla -especialmente e! Xuevo Testamento- en manos de todos; quisiéramos •que, juntamente con la recepción de la Sagrada Eucaristía, fuera la lectura ele la Biblia "el pan nuestro ele cada clía" d~ las almas sinceramente cristianas (1). 1 La gran santa de los tiempos modernós, Santa Teresita del Niño Jesús (1873. 1897) fué desde niña lectora asidua de la Biblia, sobre todo de los Evangelios, cuyo libro llevó siempre sobre el corazón hasta su muerte. Escribe en su autobiografía: ~EI Santo Evangelio, más que ningún otro libro, mantiene mi, oración; en él bebe a su sabor mí pobrecita alma. Cada vez descubro en él nuevas luces, o~ultos y misterio. sos significados» Historia de un alma, Cap. VII, pág. 149, Barcelona, 1925). <A veces,i cuando leo ciertos tratados en los que el camino de la p-erfcccíón se pre– senta sembrado de mil obstáculos, mi pobre pequeñito espíritu se fatiga muy pronto~ cíe_ rrn el libro que me rompe la cabeza y me saca el corazón, y tomo la Sagrada Escritura. Entonces todo me parece luminoso; una sola palabu descubre a mi alma horizontes in. finitos; la perfección me parece fácil» (Carta VI a (Ós misioneros, obra citada, pág.3 73).

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