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178 EL PR0'1'ES'I'ANT1S1vIO ANTE LA BlBl,Li TERCERA.-Para conseguir la salvación eterna es necesario per tenecer a la Iglesia Católica Apostólica Romana; y aq1wllos que por culpa suya se hallan fuera de dicha Iglesia, se e.ul ·uyen a sí rnismos del Reino de Dios y se condenan. La razón principal de esto es porque J(~sucristo así lo ha queri do; su voluntad no podía expresarla más claramente: "Enseñad a todas las gentes que guarden todas las cosas que os he mandado'' (San Mateo, XXVIII, 20). "El que no creyere será condenado" (San Marcos, XVI, 16). "Si a la Iglesia no escucha, tenlo como un pagano y un publicano" (San Mateo, XVIII, 17). La Iglesia Católica, que es la verdadera Iglesia de Jesucristo, ha sido constituída por su divino Fundador única depositaria de la Revelación y de los frutos de la Redención. Incorporarse a esta Igle– sia es, no solamente un deber de derecho divino, sino también el único medio ordinario y normal de Salvación eterna para la huma– nidad. Decimos ordinario y normal, porque Dios tiene medios extra· ordinarios para salvar al hombre que se halla inculpablemente im· posibilitado para servirse de aquel medio. Por tanto, FUERA DE LA IGLESIA CATOLICA NO HAY SAL· VACION para los que, habiéndola conocido, se niegan a entrar en ella, o la abandonan. En conformidad· con esta doctrina ciertísima e 'innegable para el creyente en la Palabra de Dios contenida en la Biblia, decimos: EL PROTESTANTE SE HALLA FUERA DE LA IGLESIA DE JE• SUCRISTO; QUIEN VIVE Y MUERE- OBS'I'INADAMENTE EN EL PROTESTANTIS<MO SE CONDENA. Los Católicos de nuestros días, cuya fe se halla en peligro ante la propaganda protestante, tengan siempre muy presentes los conse• jos llenos de prudencia celestial que el Apóstol San Pablo daba ~ los primeros fieles: "Velad, estad firmes en la fe, portaos varonilmente" (l!J. Co– rintios, XVI, 13). "Ya no seamos niños fluctuantes y llevados de todo viento de doctrina por el engaño de los hombres que emplean con astucia los artificios del error" (Efesios, IV, 14). "Aun cuando nosotros misn1os o un Angel venido del Cielo os anunciare un evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Os lo dijimos antes y ahora os lo repetimos: CUALQUIE· RA QUE OS ANUNCIE: UN EVANGELIO DIFERENrrE DEL QUE HABEIS RECIBIDO, SEA ANATEMA" (Gálatas, I, 8, 9). ALABADO SEA NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
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