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168 EL PROTESTANTISMO A.NTE LA BIBLIA APENDICE LA ESCU LAICA El gran error ele los tiempos modernos en pedagogía. es el laicis-– mo en la escuela, o sea, la exclusión en ésta de la enseñanza religio– sa y, por consiguiente, la exclusión del sacerdote, que es el maestro autorizado por .Jsucristo para enseñar la verdadera Religión (San Mateo, L-X:VIII, 19). Si bien es verdad que la escuela laica no es una creación del pro– testantismo, sin embargo, podemos afirmar que es una consecuencia de los principios protestantes. En efecto, el protestantismo negó la constitución divir1a de la Iglesia Católica y del sacerclocio cristiano, introduciendo el laicismo en la religión; el laicismo en la e;:;cuela ha siclo fruto ele este árbol. Nada tan fácil como demostrar que el laicismo en la escuela está en abierta oposición con las enseñanzas ele lo Biblia: "El vrincipio de la sabicluría es el temor ele Dios" (Eclesiástico, II, 16). ''Fanos son todos los hombres en quienes no se halla la ciencia de Dios" (Sabi– duría,, III, 1). "Los labios del sacerclote u,wrc'.an la ciencia y de sn boca ;:;e pide la enseñanza" (Malaquías, II, 7). Pero creemos que será ele mayor eficacia para algunos !Petares conocer la opinión de sabios 0. ilustres pensadores, estadistas y publicistaé: modernos, nacla sos– pechosos de fanatismo católico, acerca de la escuela laica. I.-"Sin instrucción religiosa no hay buen sistema ele educación... No basta enseñar la Religión a los que deben predicarla; es menester enseñarla a los que deben practicarla, es decir, a todo el rnundo ... Sin esto el alma se adormece. No quedan despiertos sino los sentidos v las pasiones. Crear escuelas industriales sin enseñanza religiosa es organizar la barbarie y la peor de toclas las barbaries" (MARC GI– RARDIN, LEinstruction interrnediaire dans le Midi d'A.llemagne). II.-"No hay más que una voz para proclamar que sin la Reli. gión no hay educación moral posible y que ella debe ser el alma de las escuelas normales" (JOUFFROY, Raports a l'Academie des Scien· ces morales et politiques, 1840). III.-"Para que la instrucción primaria seE, verdaderamente bue– na y útil a la sociedacl, debe ser prof,mdamen,te religiosa... Es me– nester que la educación sea dada y recibicla en el seno ele una atmós– fera religiosa; que las impresiones religiosas la penetren por todas partes... En las escuelas, la influencia religiosa debe estar habitual– mente presente. :Si el sacerdote se aísla y desconfía del maestro; si el 1112,:;,stro se considera rival independiente y no auxiliar del sacer– dote, el valor moral de la escuela está perdido, y la escuela se con• vertirá en un peligro". (GUIZOT, Menwires, III).
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