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EL CULTO DE DAS IMAGENES 167 · VII, 10; XIV, 16, XVII, 6); el manto de Elías, que dividió las aguas del Jordán (29 Reyes, II, 8-14; en la versión Vulgata: 49 Reyes); los _huesos del profeta E:iseo, que resucitaron un muerto (29 Reyes, XIII, 21); el vestido de Jesús, que sanaba a los enfermos que lo tocaban (San Mateo 1, XIV, 36; ,San Lucas, VII, 44); la sombra de San Pedro y los pañuelos y ceñidores de San Pablo, que curaban a los enfer– mos y endemoniados (Hechos, V, 15-16; XIX, 12). El sentimiento natural que mueve a un hijo a conservar con ve– neración los objetos que pertenecieron a su difunta madre, y a una madre a guardar cuidadosamente un bucle de cabellos de su hijita; el sentimiento que hallamos en todos los pueblos y edades de la His– toria de honrar los despojos mortales de los que han sido grandes por la virtud, la cienc'ia. y el valor; el sentimiento que ha niovido a )os ingleses a guardar en la Armería Real de Inglaterra la bala que mató al famoso almirante inglés Nelson en la batalla de Trafalgar y a los nprteamericanos a conservar con suma veneración la pluma de los héroes que firmaron el Acta de la Independencia en Filadelfia y la espada de Washington en Mount Vernon... este mismo senti· miento, santificado por la F-e, es el que mueve a los católicos a con– servar con veneración religiosa las reliquias de los Santos, cuyos cuerpos -como enseña el Apóstol- fueron templos vivos del Espí– ritu Santo. (1:¡t, Corintios, VI, 19) y un día resucitarán gloriosamente (2()- Corintios, IV, 14). Por lo demás, es menester tener en cuenta que los católicos no creemos que las reliquias de los Sanc:os tengan por sí mismas algún poder o virtud; creemos solamente que Dios, cuando le place, se sirve de ellas como de instrumentos para concedernos sus beneficios, a la manera que se sirve del sol para 'iluminarnos (1). Resumimos la doctrina católica sobre e1' culto de los Santos y de las sagradas· imágenes, expuesta en este opúsculo y en el :;interior, con estas palabras del Código del Derecho Canónico: "Es bueno y útil invocar con. súplicas a los Siervos de Dios, que reinan con Cris– to, y venerar sus reliquias e imágenes" (Canon 1276). '{;• 1.-El culto de las reliquias de los Santos se remonta al origen de la Iglesia, Véa. se a Martígny, obra Citada, págs .. 745-8.