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164 EL PROTESTANTIF,l\IO ANTE LA BIBLIA. siempre en su corazón. Pero mil preocupaciones absorben su mente. De repente, en el momento en que menos pnsaba en su hijito dis– tingue su retrato; se siente profundamente conmovida; lo conte.m– pla y le habla como si realmente fuera vivo... Ilusión momentánea sin duda, pero j dulce y arrobadora ilusión tmscitada por una ima– gen! Tal es la verdadera naturaleza del corazón humano. La Iglesia Católica, que responde de una manera admirable a las necesidades todas de nuestro coi"azón, se sirve de todos los medios para unir a sus hijos con Dios. Es un hecho innegable que los mis terios de la Fe expresados y representados en pinturas, lo mismo que las imágenes del Señor y de los Santos, ayudan grandemente a la instrucción religiosa del pueb1u y a la devoción de los tieles. Dios mismo, en el Antiguo Testamento, -había hecho construir , el Tabernáculo y el Arca de la Alianza con imágenes religiosas (Exodo, XXV, 8; 18-22) para satisfacer la ínti.ma necesidad que sien– te el hombre de tener ante sus ojos un objeto sensbile que simbolice el culto y excite la piedad. Refiere el protestante Schubart en su Autobiografía la siguiente anécdota. "Aún está presente a mL, ojos el Jranciscano que estaba de rodillas ante una magnífica imagen de Cristo pintada al fresco en el claustro del convento, tan al vivo que parecía derramar san– gre de las heridas causadas por los azotes .. FJl franciscano se levan tó repentinamente cuando yo entré en el jairdín. En sus ojos resplan– tlecía la devoción. -"¡Magnífica pintura!", le dije yo. "Pues más hermoso es el original", contestó él sonriéndose. -:"Entonces ¿por qué no os dirigís al original?" -"Habláis como hablaría un protes• tante, repuso el religioso; la pintura sólo ayuda a mi imaginación; pero mi espíritu se eleva a considerar al verdadera Cristo. ¿Podéis 1:íor ventura orar sin formaros una imagen en el alma? Y ¿no es me– jor que esta imagen sea pintada por un artista, que no por nuestra , pobre imaginación?" Yo no pude responderle" (1). Los editores de periódicos y revistas conocen muy bien el pode;: de las ilustraciones para impresionar la imaginación del lector; en los museos, en los monumentos, en las cabalgatas y procesiones cívi– cas se exhiben públicamente estatuas y figurc,s, que representan a los hombres ilustres y recuerdan los hechos históricos de la patria. ¿Por qué, pues, se reprocha a la Iglesia por una costumbre tan racional y conforme con las enseñanzas de la Biblia, cual es el uso de las imá, ¡;enes religiosas en el culto para avivar la piedad de los fieles? OBJECIONES RROTESTANT1ES Objeción 1~Dios ha prohibido el c1llto ele las irnágenes: "No le harás imagen, ni ninguna semejan,z.a d 1 cosa que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ella, ni las honrarás porque yo soy Jehová (2), tu Dios, fuerte, celoso" (Exodo, XX, O, 5). ! .-Citado por el Doctor Scbmítt,Expliración del Catecismo de la Doctrina Cris– tiana, Il. p. 161 (Herder, Fríburgo de Brísgovia, 1903). 2.-~Los hebreos escribían el nombre inefable de Dios -tal como El mismo

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