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EL CULTO DE LA VIRGEN MARIA. Y DE LOS SANTOS 153 ángel Gabriel -en su calidad de emb2jador divino- a la Virgen Ma ría en Nazaret: "Salv,e, llena de grac;.ci; el Señor es contigo, bendita;. tú (eres) entre las rnujeres" (San Lu~as, I, 28) (1). También del protomártir San Esteban dice la Escritura que era lleno de gracia (Hechos, VI, 8). Pero 2s preciso observar que la idea de plenitud es relativa. Con un poco de agua se llena un vaso; mas para llenar un lago, y con mayor raz5n el mar, requiérese una can– tidad de agua. incomparablemente s1.:perior. Así, la plenitud de la gracia en las almas debe entenderse cJn relación a la grandeza de la dignidad de cada una de ellas. La gréilldeza de la maternidad d1vina sobrepuja incomparablemente toda c-tra grandeza humana. Al lla– mar, pues, el ángel "llena de gracia" a la Virgen María le atribuye la máxima plenitud que pueda hallarse en una. criatura. Y nótese que no la llama por su nombre propio de María; sino que le dice: Salve,. llena de gracia. María es por 2xcelencia la criatura llena de • gracia. Ahora bien: lY.[aría no hubiera tenido esta plenitud de gracia que le atribuye ,el Angel, si en el primer instante de su ser hubiera sido privada de ella; luego hubo de ser concebida en estado de gra• ci.a. Por su Inmaculada Concepción, María es llena de gracia en to· do su ser y en todos los instantes· de su existencia. Añade el ángel: "Bendita t·ú (eres) entre las rnu:;eres". Es decir !as demás mujeres, aun las más santas, fueron un tiempo objeto de maldición a los ojos de Dios, pues fu2ron concebidas en pecado, Tú er-es, entre todas, bendita: tú jamás estuviste sujeta a maldición al– guna, porque desde el primer ini?tante de tu ser fuiste llena de gra• cia; por esto eres bendita entre las rr_ujeres. 2) Fundamento racional.-,Se halla l].ermosamente indicado en el famoso 'argv.mento del gran Doctor franciscano Ven. Juan Duns Escoto: "Potuit, decuit, ergo fecit". Convenía que María fuera inma– culada; podía Dios hacerla inmaculada; luego la hizo realmente ib.ma• culada. Estudiemos esta conveniencia, ya por parte de la misma Vir– gen, ya por parte de Jesucristo. a) Conveniencia por parte de María.-Es un PJ'.'.incipio teológico y de sentido común que Dios da la gracia y comun1ca los dones a: ca– da criatura según la dignid_ad de ésta y conforme al oficio a que la destina. Siendo María destinada por Dios para Madre de su Hijo Unigé– nito, ¿no es muy natural que la dotara de todos los privilegios pro– pios de esta su':)lime dignidad? Por esto vemos unidas en María la virginidad y la maternidad: "He aquí que la Virgen concebirá y dará a lu1z un hijo y se llamará su nombre: Emmanuel, que quiere decir Dios con nosotros" (San I .-La versión protestante de Valera, en vez de "Uena de gracia", dice: "muy favorecida". _E_sta ex1:resión no traduce fielmente el pensamiento del autor sagrado. El texto de( original griego dice: "k~jarítomene" (participio pasivo del verbo jaritoun) : que ha sido colma~a,. l!ena de gracrnt. La raíz de este verbo es "jarís" que, en el Nue•. vo Testame~to, s1gmf1ca una gracia, un don de Dios. De esta palabra se sirve Sau Pablo (Efesios, I, 6) para expresar la abundancia de gracias de que Dios nos ha col– mado por su Hijo Jesucristo.
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