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EL CULTO DE LA -VIRGEN MARIA Y DE LOS SANTOS 141 Se dirá tal vez que esta afirmación de la fe católica es contraria a los datos de la ciencia fisiológica. Pero la ciencia de la revelación divina, superior a la ciencia de la fisiología humana, nos enseña que nada hr;y imposible para Dios (San Lucas, I, 37). Objeción protestante.-Las palabras de Isaías, citadas por San Mateo, sólo expresan el estado de MARIA al efectuarse la .Encarna– ción. Mas, al nacer Jesús, María dejó de ser virgen. - Resp-uesta.-El texto de Isaías, a que se refiere San Mateo, es así: "Por esto el Señor mismo os dará una señal: He aquí que la Virgen ha concebido y da a luz un hijo..." (VII, 14). Si esta virgen ha de dejar de serlo al concebir y ser madre, ¿cómo Isaías da esta concepción y este nacimiento como un prodigio especial, como una señal extraordinaria... ? Es, pues, evidente que de las palabras de Isaías se de:iuce que María, madre de Jesús, es madre sin dejar de, ser virgen. Digámoslo una vez más: .Así como fué sobrenatural la EncarnaGiór:. del Hijo de Dios en el seno de María, era muy justo que su Nacimiento no estuviese sujeto a las leyes naturales. Jesús salió del seno, virginal de María a la manera que el rayo de luz solar pasa a través del cristal sin romperlo, antes volviéndolo más resplan- deciente. · III.-DESPUES DEL NACIMIENTO DE JESUS.-Aunque la Bi– blia no dice explícitamente que la Virgen María permaneció siempre virgen desp:iés de nacer Jesús, es una verdad de Fe fundada en la misma Biblia y en el buen sentido cristiam,. La Virginidad perpetua de María es una verdad: 1) Fundada en la Biblia. La Virgen María había alegado como dificultad para que se encarnara e.n ella el Hijo de Dios el "no cono– cer a varón alguno" (San Lucas, I, 34), a pesar de hallarse ·ya enton– tes desposada con San José (San Lucas, I, 27), de lo cual dedúcese lógicamente 1 su propósito, más aún, su voto de perpetua virginidad, pues no solamente se declara virgen sino que se réconoce sin derecho para dejar ce serlo. 2) Fundada en el buen sentido cristiano. En efecto a) era muy conveniente que el Hijo Unigénito del Padre, fuera asimismo Hijo Urdgénito de la Madre. ¿Qué alma sinceramente cristiana puede so– portar la sola idea de que la Virgen María después de haber concebí• do y dado á luz sobrenaturalmente al Hijo Unigénito de Dios, pu– diera todavía ser madre de un simple mortal? b) Era muy conve• niente que el cuerpo purísimo de María, que el Espíritu Santo ha• bfa santificado con su fecunciación divina (San Lucas, I, 35), no fue– ra después profanado por el comercio carnal de un hombre; c) Supo– ner lo contrario, sería hacer una gravísima injuria a ia Santísima Virgen, pues sería Jo mismo que suponer que fué la más ingrata de las criaturas no contentándose con ser Madre del Hijo de Dios y re• nunciando a su virginidad que el Señor le había milagrosamente con• servado; d) José, esposo de María, habría (;lejado de ser un "hom· bre justo" (San Mateo, I, 19) si, sabiendo por revelación del ángel que su esposa había concebido por obra del Espíritu Santo, hubiera

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