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EL CULTO DE LA VIRGE'N MARIA Y DE LOS SA'NTOS 13D DOCTRINA ~OTESTANTE El culto que los ,católicos tribu– tan a María es ,contrarfo a la Biblia. LA BIBLIA eres entre las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre. Y ¿de dónde me es dado, QUE LAMA– DRE .DE MI. s.EÑOR venga a nií? (San Lucas, I, 39-43). Consec-;J,encia.-La Divina Maternidad de Ma– ría es afirmada por el Angel Gabriel, mensajero divino, y proclamada por Elisabet, inspirada por el Espíritu Santo. El contexto prueba del modo más evide:J.te que la palabra "Serñor" en labios de Isabel, es sinónimo de "Dios" (versos 45 y 46). Para Isabel, la Virgen María es mao,re de Dios. Y que Isabel hablara inspirada por el Espíritu Santo despréndese también claramente del. mis– mo texto sagrado (versos 41, 42). 5) "Y María dijo: Mi cilma glorifica al Se1íor y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador. Porque ha puesto los ojos en la bajeza de su esc:ava, HE AHI QUE DESDE AHORA ME LLAMARAN BIEN A VENTURAD'A TODAS LAS GENERACIONES. Porque ha hecho en mí cosas grandes aquel que es poderoso y cuyo nom· bre es santo" (San Lucas, I, 46-49). Consec1wncia.-Nuestro culto a la Virgen Ma– ría, lejos de ser contrario a la Biblia, se halla en ella profetizado. Es muty de notar que, antes que los católicos, fueron el Angel, enviado por Dios, y Elisabet, llena del Espíritu Santo, los primeros en tributar ,a la Virgen María el culto de veneración y alabanJza. OBSERVACIONES Es harto doloroso para todo corazón sinceram_ente cristiano ver 1a manera injusta e irrespetuosa con que nuestros hermanos extra– viados tratan a la Santísima ,:Madre de Jesucristo, .bajo el pretexto de un falso celo por el honor del mismo Cristo. ¡Como si la mejor manera d2 ensalzar a un hijo :uera vilipendiar a su madre! El amor sin- límites que profesamos a nuestro Divino Redentor nos obliga a demostrar a nuestros lectores los sólidos fundamentos en que se apoya nuestra devoción a su Santísima Madre, pues -co– mo dice el antiguo pastor anglicaID.o y después piadosísimo sacerdo– te católico P. Faber- pan~ co:nprender bien a Jesús, es preciso co• 11ocer a María (1). ¡Lástima que los estrechos límites de este humilde trabajo no nos permitan 'ser más extensos...! Porque ¡es tan dulce hablar de 1.-Fal:er, Todo por Jesús, cap. V, IV.

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