BCCCAP00000000000000000000722

126 EL PROTESTANTISMO ANTE LA BIBLIA pañado a Jesús María Magdalena, Juana de Chúsa, Susana y otras (San Lucas, VIII, 1-3). Las costumbres judías autorizaban el que las mujeres acompañaran a los rabinos (o maestros) en sus excursio· nes para atender a su subsistencia. Objeción 2'!,-¿No enumera San Pablo "la prohibición de casarse" c01no una de las doctrinas del demonio? (l"' Timoteo, IV, 13). Respuesta.-El Apóstol alude a los primeros herejes: ebionitas, marcionitas y· maniqueos, que consideraban el matrimonio como un mal en sí mismo, puesto que según ellos procedía de un principio malo. Pero la Iglesia Católica ha considerado siempre el matrimonio como uno de los siete Sacramentos instituídos por Jesucristo, y por consiguiente, santo en sí mismo y en todas sus relaciones. Objeción 3'!,-¿No mancla el rnisrno Apostol que el siervo del Se– fíor sea casado, cuando dice: que los Obispos y diáconos sean mari– flos de una rn11jer? (l'!, Timoteo, II, 2 y 12; Tito, I, 6). Respuesta.-Los textos aducidos no deben entenderse en el sen• tido de que' los Obispos y c!iáconos deban ser casados, sino que: na– die debe ser considerado apto para Ger ministro de Cristo habiendo sido casado más ele una vez. Ya era de suponer que los Obispos y diá– ·conos no tendrían dos esposas; ¿a qué vendría, pues, decir: "mari• dos ele una sola mujer"? (1) Siendo entonces escaso el número de los que se dedicaban al sacerdocio, era forzoso admitir aún a hom– bres casados. Pero el Apóstol pone la restricción de que no hayan sido casados más de una vez. Quien haya leído los escrito·3 de los Doctores de la primtiva Iglesia, conoce bien el horror que entonces se tenía a las segundas nupcias. Véanse a este propósito los escritos de Tertuliano (Ad uxorem, II, 9), de Atenágoras (Apolog., c. 33) y de Clemente Alejandrino (Strom. III, 12). , 1 La misma ley que existe hoy en la Iglesia prohibiendo ordenar a un viudo que haya sido casado dos veces, es una prueba positiva fle la antigua interpretación de las palabras del Apóstol. Objeción 41/,-San Pedro ¿no fué casado? • Respuesta.-Fué casado; pero es cierto que no v1v10 con su es· posa después de Ger llamado al apostolado. El mismo lo dice muy claro: "He aquí que nosotros todo lo hemos dejado para seguirte: ¿qué (premio) tendremos?" (San .Mateo, XIX, 27). Si San Pedro no hubiera dejado su esposa para seguir a Jesús, no habría podido decir con verdad: "Lo hemos dejado todo". 1 .-San Pablo, tanto en su carta a Timoteo como en su carta a Titot dice~ umias gynaikosS "de una sola mujer". Es aquí inexacta la traducción de Valera.,. L.1. primera vez que el Apóstol habla de esto, se expresa así: "Es preciso que el Obispo sea irreprensible, que 110 ha.ya tenido más de una sola mujer" ( 1 ~ Timoteo, III, Z) , Evidentemente, los protestantes interpretan las palabras del Apóstol en un sentido muy diferente del que tienen en realidad.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz