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CELIBATO, MATRIMONIO Y DIVORCIO 121 DOCTRINA PROTESTANTE San Pablo con autoridad apos– tólica manda que el siervo del Señor sea casa– do. LA BIBLIA los ciento éiiare'R-ta y cuatro miL. ESTOS SON LOS QUE NO :SE MANCHARON CON MUJE– RES, PORQUE SON VIRGENES. Estos son los, que siguen al CJrdero doquiera que va" (Apo· calipsis, XIV, 1-4). Consecuencia.-Nuestro Señor Jesucristo no solamente mostr:5 en la tierra predilección por la virginidad, sir:.o que muestra la misma prefe– rencia por ella en el cielo. 4) "A las per:;onas no casadas y a las Vi';,1,das digo que les ES BUENO PERM 1 ANECER ASI, COMO YO MISl\CO. Mas si no pueden contener– se, cásense; que 1:1s mejor casarse que qiternarse"' (l!!, Corintios, VII, 8, 9). Consecuencia.-San Pablo recomienda aquí la vida célibe, que él mismo abrazó a imitación de Cristo; y sólo acJnseja el matrimonio ::t los que no tienen el den:. de continencia. En los textos siguientes, vuelve a recomendéir el estado de virginidad: 5) "En cuanto a las vírgenes, no tengo man– damiento del Señor, mas doy un consejo; como habiendo recibido del Señor la gracia de ser fiel.•. ¿Estás ligado a 1tna mujer? ,No busques romper ese lazo. ¿No estts ligado a una MUJER? No bus• ques MUJER... El que no es casado anda solíci– to de las cosas dal Señor, busca agradar a Dios"' (1~ Corintios, VII, 25, 27, 32). 6) El que cas1, a su hija hace bien, y el que no la casa, hace mejor" (l!!, Corintios, VII, _:38). OBSERVACIONES Por más que lós protestantes se empeñen en llamar el celibato• eclesiástico "corruptor y contrario a la Biblia", tal vez no hay otra doctrina de la Iglesia Católica tan notoriamente conforme con las enseñalllzas de la Biblia como la del celibato religioso, es decir, del estado de virginidad abrazado "por causa del reino de los cielOs". La Iglesia no hace más que repetir al pie de la letra lo que sobre esta cuestión tan delicada han enseñado Jesucristo y su fiel intér– prete San Pablo ( 1). Este último, especialmente, expone con tanta claridad su pensamiento que parece increíble haya quienes se pre– cien de ser amantes de la Biblia y se atrevan al mismo tiempo a impugnar el celibato religioso. l _-Concilio de Trento, Sesión XXIV, cánon 1O,

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