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El 'DOCTRINA PROTESTANTE En ninguna par– te de la Bibl'ia :se encuentra la ,doctrina del per– dón de los peca• dos y del des– canso del alma •por Misas, y res– ponsos. Es una supers– tición creer que, :mediante la in– tervención d e l dinero, las al– mas en pena en– ·,tran en el gozo ,eterno. La creencia en ,el Purgatorio no ·tiene fundamen– to alguno en el Evangelio. SEGUNDA PARTE torio y. los Su LA BIBLIA 1) Judas Macabeo "colectando en su ejército cerca de dos mil dracmas, enviólas a Jerusalén para que se ofreciera un sacrificio por el pecado (dé los soldados que J:iabían muerto en el corp.– bate) obrando muy recta y prudentemente, mi– rando a la resurrección. Porque si no hubiese esperado que los muertos han de resucitar, ha– bría sido cosa inútil y vana orar por los muer– tos. Consideraba que un premio bellísimo está reservado a los que mueren piadosamente. Por esto hizo este sacrificio expiatorio por los muer– tos: para que fueran absueltos de su pecado" (2 Macabeos, XII, 43-46) (1). Consecuencia.-De este texto se deduce que hay difuntos que tienen pecados, y que pueden ser librados de ellos por las oraciones de los vi– vos. Mas esto no se puede decir, ni de los bien– aventurados del cielo, ni de fos condenados del infierno, pues los primeros están libres de todo pecado y para los segundos no hay redención. Por consiguiente, hay un estado intermedio, don– de los difuntos deben ser absueltos o purifica– dos de' algunos pecados, y pueden ser ayudados con nuest.ras oraciones y sacrificios. A este esta– do intermedio llama la Iglesia Purgatorio. 2) ''Cualquiera que hablare contra el Hijo del hombre, se le perdonará; mas a quien halJ'lare contra el Espíritu Santo, no se le perdonará ni •en este siglo ni en el siglo venidero" (San Ma- teo, XII, 32). ' Consecuencia.-Algunos pecados pueden ser perdonados después de esta vida;. de lo contra– rio como observó San Agustín (De Civitate Dei, libro XXI, capítulo 24), se diría sin fundamento . --La versión de este texto según la Vulgata, aunq1;e es muy libre, expresa recta– mente d sentido del original griego (Hetzenauer, Theología Bíblica, Vol. I, págs. 623-5.– !Herder, Friburgo,_ 1908).

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